Rafael Gómez Barros. "Casa tomada". 2010 |
Hasta dónde la irresponsabilidad, apatía e insensibilidad democrática de muchos ciudadanos trasciende el terreno de la libertad ajena y salpica las lindes de mis propios derechos y aspiraciones ciudadanas. Hasta qué punto el estado sociopolítico del país y las preocupantes horas bajas democráticas no son autoría, en gran medida, de ese nutrido sector de la población que prescinde de su participación en los contados procesos que les otorgan voz y voto.
En esa actitud silente, no nos dejemos engañar, los seudo-posicionamientos íntegros, radicales o pretenciosamente marginales sólo encubren la esterilidad de un cinismo insolidario, pusilánime que alimentan las antípodas de lo presuntamente defendido y, por extensión, estrangulan las legítimas aspiraciones de la ilusión, el valor y la energía de los principios democráticos.