
Jean-Luc Godard. “Pierrot le fou”. 1965
“Tomamos vistas casi instantáneas sobre la realidad que pasa, y, como ellas son características de esa realidad, nos basta con ensartarlas a lo largo de un devenir abstracto, uniforme, invisible, situado al fondo del aparato del conocimiento… La percepción, la intelección, el lenguaje proceden en general así. Se trate de pensar el devenir, o de expresarlo, o incluso de percibirlo, no hacemos otra cosa que accionar una especie de cinematógrafo interior”
La filosofía te proporciona claves para entender el mundo y para poder sobrevivir o morir en él. Un filme del intelecto en el que las pulsaciones y los sentimientos se imbrican indefectiblemente con el mundo de las ideas, el relato de nuestro propio devenir plasmado en frames.
“Tomamos vistas casi instantáneas sobre la realidad que pasa, y, como ellas son características de esa realidad, nos basta con ensartarlas a lo largo de un devenir abstracto, uniforme, invisible, situado al fondo del aparato del conocimiento… La percepción, la intelección, el lenguaje proceden en general así. Se trate de pensar el devenir, o de expresarlo, o incluso de percibirlo, no hacemos otra cosa que accionar una especie de cinematógrafo interior”
La filosofía te proporciona claves para entender el mundo y para poder sobrevivir o morir en él. Un filme del intelecto en el que las pulsaciones y los sentimientos se imbrican indefectiblemente con el mundo de las ideas, el relato de nuestro propio devenir plasmado en frames.