Ningún lugar del mundo podrá encubrir el estado de las cosas, la fuerza de los hechos. No queda refugio para el que huye, ni para el que miente, ni para el que calla, ni para el que intenta olvidar. No existe escapatoria posible para nadie. La luz cegadora que nos persigue no permite sombras de ningún tipo. Se trata de un tiempo eterno implacable.
Tanta vida y tantas palabras para nada
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