jueves, 29 de abril de 2010

Verlas venir















Robert Smithson. "Spiral Jetty". 1970


La ventaja de poseer una conducta apotética estriba en que los sucesos se desarrollan según un guión más o menos predecible. No ha lugar para la ciencia ficción ni las sorpresas a gran escala, sólo caben pequeñas variables dentro de un mismo discurso que, a fuerza de repetirse (mito de Sísifo), van desvelando la impostura, el oportunismo o la laxitud comportamental...intuidos en los comienzos de cualquier relación, confirmados en los sucesivos relatos. Así, las personas previsibles serían las menos capacitadas para falsear una realidad que hace aguas por todas partes, evidenciando las costuras de una argumentación mal construida.
Aquella conducta "visionaria" tendrá como contrapartida (no podría ser de otra manera) cierto carácter taciturno, existencialista, atributo peculiar de quienes están preparados, por costumbre, para la ficción en forma de loop.

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