Valor lumínico

Pier Paolo Passolini. "Teorema". 1968

El hombre parece evidenciar una compulsiva necesidad de probabilidades que siempre recaen en terceros elementos, más inmateriales que tangibles. Desde la noche de los tiempos, la condición humana se podría resumir en esa constante delegación de funciones, repetida postergación de la propia voluntad, expectante de cierta revelación que redima sus cuitas específicas. La llegada de un otro seductor, trascendente a la propia incapacidad, extra-ordinario. Luminosidad peregrina ventajosa del juego especular. Un fuego que impide ver el (propio) bosque.

Géneros y Noúmeno

Eef Barzelay. "I Love The Unknown". 2007

"La mejor prueba de que dos personas están enamoradas es que puedan cabrearse una con la otra sin que la relación sufra demasiado. Es genial cuando puedes gritar a alguien sin dejar de quererle". E.B.

Derivaciones

Fever Ray. "Keep The Streets Empty for Me". 2009

Desfasar, con el pie cambiado, los bucles giróvagos como telones de fondo, a los que la China hacía referencia no si cierta noción inexpugnable de la adicción…
Una Pax Romana tan vulnerable al borde del colapso…
Descontrolar, en la inercia de la noche, donde el lenguaje cede su posibilidad de significado a la melopea verbal productora de desencuentros y malentendidos.
Desarmar, estado cero del conocimiento en los límites de la integridad, los despojos de despojos que se acumulan y amplifican el estado de las cosas. Tal vez el pertinaz estío que se resiste a abandonar las calientes veladas nocturnas…
Desmemoriar hasta perderse en la oscuridad de la oscuridad, en el que el tiempo aquilata el insistente estado de emergencia, un lapsus en medio del trajín semanal, forzando la posibilidad de una epifanía redentora. Perder la cabeza como exorcismo para recuperarla sin pisar en falso, el valor de la tranquilidad retroalimentada desde el lado oscuro. Ritmo desaforado, contrapeso al recurrente examen evaluador en el que deben preocupar los cables sueltos, esos filmes inconclusos, esas charlas silenciadas, historias abiertas desangradas que se pierden en la nebulosa amnésica de la madrugada.

Aforismo sentimental

The Horrors. "Best Thing I Never Had". 2011

Aquellos tiempos destinados a la risa, el juego, el baile, las caricias...
El momento de la plenitud...

Voz

The Hidden Love Songs. Javi Neria, guitarra. Jaime Neria, batería. Selu Baños, bajo. ADR, voz. Octubre 2011

La voz reduplicada, una extensión del yo, ejercicio onanista auto-contemplativo enormemente enriquecedor, realimentador de la autoestima, no siempre aprisionada entre los barrotes de la intransigencia.
La voz extrañada, a través del micro, eclosión descontrolada del vasto potencial tanto tiempo guardado. Toda la experiencia musical acumulada, simplemente explotó, con éxito. Es el momento de definir-se, auto-reafirmarse, engrandecerse en ese caudal creativo de recursos. Pasmosa e increíble versatilidad del que ha esperado largo tiempo, con inusitado interés, su momento. Gustoso de conocerse, re-conocerse inmenso. La confianza, ese gran aliado.

Big Apple

Desde hace dieciséis años, he tenido el privilegio de poseer seis ordenadores Apple y tres Ipods. Un Power Macintosh 7.500 que todavía conservo. Un Power Macintosh 9.600 que tiré al contenedor de reciclaje y todavía me duele. Un precioso ejemplar plateado Power Mac G5 y la última adquisición, un iMAC de 27".
Además, un ibook G4 blanco, robado por unos amigos porteños en 2007 y un Macbook Pro aluminio que, desde entonces, no me ha dado ningún problema...

Mi vida, en su plena acepción: artística, laboral, musical, social, afectiva… habría sido bien distinta sin la compañía de la gran manzana. Mi pareja más fiel desde 1995.

Grandísimo, Steve Jobs. Descansa en paz

Ébola

Just Jaeckin. "Histoire de O". 1975

Y se preguntarán por qué vuelven, por qué quieren volver, como si las comparaciones resultaran odiosas, como si el pasado, ese gran impostor, hubiese sido víctima de una truculenta confabulación, como si existiera cierto grado de amnesia masoquista que termina por atraer el fuego al fuego. Ese desapego carente de oportunidad autoinmolador... Falta de contención verbal que contamina la virtud del fracaso, deriva de continentes que trastoca cualquier vocación de linealidad progresiva, apenas un amago de relativismo instintivo. La gente tiene el mal hábito de recordarme cómo son.