martes, 27 de marzo de 2012

La trascendencia



















Medir el fracaso siempre nos condena a sensibilizar los resortes de la memoria, en aquellos capítulos que resuelven acertadamente una difícil encrucijada y en los que, a pesar de los sacrificios, las energías se dispersan sin solución…
La repetición suele ser frecuentada por adjetivaciones negativas, entendiéndose que el retorno a la misma secuencia no es más sinónimo que de carencia creativa, de insalubridad.
Así, el desarrollo en el tiempo de una actitud constante y una propuesta hermética tendría que devolverle a la repetición el rango relevante que merece.
Y si las cuestiones estéticas se confunden y entremezclan con las vitales, entonces no nos queda más que aceptar la extraordinaria relevancia de las propuestas que orillan en estos apasionantes dilemas.
La legendaria banda de Duluth, lejos de anestesiar o entretener vacuamente, sigue demostrando y evidenciando la frágil línea que unen ambos mundos, en cada solemne actuación, en cada nuevo trabajo, descubriendo en aquella repetición liberadora, los delicados matices de la condición humana, mutados en riffs a los que casi les falta el aliento, atemperados por compases devaluados, redimidos por los acogedores coros vocales de una Mimi Parker cada vez más extra-ordinaria, sin perder un ápice de la humanidad que se escapa por entre cada acorde que pronuncia la banda. La palabra y el sentimiento metamorfoseados en verbo cauterizador.

Low. Teatro Central. Sevilla. 26.03.2012

2 comentarios:

Ghibli dijo...

Una de esas cabezas es mía...

Mimi es realmente increíble, se "come" a Alan... Menos mal que éste tiene a sus Retribution para desahogarse.

Antonio D. Resurrección dijo...

No puedo estar más de acuerdo. Mimi es el centro de gravedad del grupo, quien posibilita que las cosas no se salgan de madre... Alan es consciente de ello y no termina de asimilar su pérdida, circunstancial, de foco...
"We love you, Mimi" no pareció entusiasmarle...

Saludos, Ghibli