miércoles, 25 de abril de 2012

Tres

















Antonio D. Resurrección. S/t. 2012

Ahí están, las tres luces, como permanente referencia para viajantes desorientados. Entes marítimos acostumbrados a recibir embarcaciones a la deriva, última escala de itinerarios trazados con el pulso firme de la vehemencia...
Tres focos que cumplen el axioma de la tríada, el triángulo divino que inscribe al círculo vicioso, contaminado de las situaciones bucle, aquella añoranza utópica de Agrippa metamorfoseada en tres halos lumínicos conciliadores, con una miríada de sueños apenas esbozados, el ensayo previo a la experiencia in-consciente de la realidad. Las aspiraciones nunca tuvieron mejor escolta.

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