Richard Ayoade. "Submarine". 2010 |
Se debe estar atento a los vicisitudes del discurrir cotidiano, auspicios como señales en el camino que ofrecen pequeños flashes iluminados, fragmentos de una narración incompleta pero plenos de conocimiento. Puede ser un aviso del destino el que hayan desaparecido tantas imágenes, tantos escritos, tantos archivos. Una nueva ocasión en la que el medio informático interfiere en los enrevesados asuntos de las pulsaciones… Y ya se sabe que quien no tiene la presteza de interpretar las escrituras, quien adolece de una sensibilidad perceptiva adecuada, está condenado a servir de lastre de los pasos de los acontecimientos, a dejarse comandar por ellos.
La vuelta a la elección, la necesaria capacidad de elección que indica qué debe ser lo correcto en cualquier momento, alimentada por una serie de improvisadas evocaciones, antídoto contra el principio de incertidumbre que suele dominar la laxa condición humana. Aceptar la irreversibilidad de las determinaciones como motor de crecimiento, la clave que resuelve el enigma de la felicidad.