miércoles, 15 de mayo de 2013

El brindis
































Seis años enclaustrado entre esas estrechas paredes de cristal, presenciando el controvertido discurrir del tiempo, repleto de expectativas inconclusas, esperando una oportunidad para materializar sus tres deseos a través del orgásmico estallido del elixir burbujeante destinado para las grandes ocasiones, la gran ocasión. Y llegó el momento, una suerte de insólito ascenso a los cielos, recompensa a la incorrupta necesidad de verosimilitud. The certainty of chance metamorfoseado en la mujer más excepcional y creíble que haya conocido en mi atribulada existencia. Que el deseo dure otros muchos, mirándonos a los ojos, I believe in C ¡Chapeaux!

2 comentarios:

Anónimo dijo...



Antes eras espectador de tu vida,y ahora eres actor principal de ella.Esa es la diferencia.

Que aproveche y siente bien.

Antonio D. Resurrección dijo...

Muchas gracias ¡Salud y felicidad para todos!