jueves, 30 de enero de 2014

Samantha

Spike Jonze. "Her". 2013















De la imposibilidad de la verosimilitud. De la imposibilidad de un amor casi exclusivo, del carácter expansivo de cierta condición afectiva que vulnera cualquier atisbo de trascendencia allende del mero fluir, adscritos a la actualización permanente de los sistemas operativos, donde la novedad, ese veneno almibarado, trastoca una voluntad mil veces diezmada por promesas escritas en futuro imperfecto. El constante fluir hasta que todo se extingue, hasta que los certificados de garantía caducan, hasta que quedamos desnudos ante nuestra solitaria osadía: ese sueño condenado a malograrse. Y quizás se vuelva a reanudar el camino desdibujado, se pueda volver a renacer, en medio de un océano de ruido, allá donde los coches no pueden llegar.

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