La caja del diablo. Comunicación Audiovisual. Sitges. 2014 |
Los elementos perfectamente perfilados que parecen surgir de la nada, porque el ser humano tiende a ningunear el esfuerzo de sus congéneres, cobran un brillo inusitado a causa del efecto contraste justiciero.
Así, de esa indeterminación, surge el día, como epifanía de un proceso que se prolonga a lo largo del tiempo y describe una grafía repleta de arabescos, recovecos de la existencia en forma de breaks destelleantes, en una bóveda acostumbrada al turbio smog de la mediocridad y la abulia. La rítmica trascendencia del goteo constante sobre un mar de ignominia, el pacífico remanso de la connivencia.
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