Philippe Garrel. L'amant d'un jour. 2017
“… I’ve been following you everywhere
Some people like to showSome people like to watch
I watch a bit too much
You show too much
C'est n'es pas mon problem
Je ne suis pas ton chien
C'est n'es pas mon problem
Je ne suis pas ton chien…”
Como esas predicciones premeditadamente canceladas. Lo que queda de aquella llamarada circunscrita a un futuro anterior, la luminosidad que se desparrama en manos extendidas, carentes de experiencia, de dolor, de pálpito ajado. Sangre coagulada, estancada, congelada en la cima más alta de vetustas promesas almacenadas en amplias naves de objetos perdidos. Triste y desabrida como las calles de un polígono industrial. La rave de los despropósitos sentimentales. Out of control. Esa desorientación tan doméstica, tan cercana que paraliza algún atisbo de superación del decalaje. Los susurros de voces femeninas carentes de verosimilitud, credibilidad, honestidad. Resaca y resentimiento.
“La promesa de un verano eterno”.
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