Michel Deville. “Toutes peines confondues”. 1992
“… Ain't you the man who dies every day?
You're the man who dies every day
You're the man…”
La obsesión por hacer las cosas bien, ya sea una creación artística o un arreglo doméstico es determinante para un adecuado progreso de la valencia del espíritu. Un inapelable muestra física de lo abstracto.
¿Y qué sería del espíritu si no hubiera apenas esfuerzo por trascender los interminables obstáculos de la mediocridad pueril? La lenta muerte de lo genuino.
“… Ain't you the man who dies every day?
You're the man who dies every day
You're the man…”
La obsesión por hacer las cosas bien, ya sea una creación artística o un arreglo doméstico es determinante para un adecuado progreso de la valencia del espíritu. Un inapelable muestra física de lo abstracto.
¿Y qué sería del espíritu si no hubiera apenas esfuerzo por trascender los interminables obstáculos de la mediocridad pueril? La lenta muerte de lo genuino.
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