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Béla Tarr, Ágnes Hranitzky. “Werckmeister Harmonies”. 2000
“… Over railroad station tracks
Faintly flickers a modest cry
From without a thousand cycles
A thousand cycles to come
A thousand times to win
A thousand ways to run the world
In a similar reply…”
El espacio en negro que existe entre dos luces o fotogramas, un oscuro océano insondable entre relatos de similares desenlaces, en una narración que se antoja lineal donde no hay más que cúmulos de esquirlas. Las alternancias a modo de movimientos fallidos, una ilusión zenoniana de los sentidos.
“… Over railroad station tracks
Faintly flickers a modest cry
From without a thousand cycles
A thousand cycles to come
A thousand times to win
A thousand ways to run the world
In a similar reply…”
El espacio en negro que existe entre dos luces o fotogramas, un oscuro océano insondable entre relatos de similares desenlaces, en una narración que se antoja lineal donde no hay más que cúmulos de esquirlas. Las alternancias a modo de movimientos fallidos, una ilusión zenoniana de los sentidos.
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