Béla Tarr, Ágnes Hranitzky. “Werckmeister Harmonies”. 2000
“… The temple's gone, but still a single column stands today
That sinking feeling fades, but never really goes away
A staircase up to nothingness inside your DNA
Well, that's a bleak sunrise…”
Vemos alrededor que recortan derechos elementales, que se vulneran los principios de igualdad democráticos, que se infringen las normas elementales de dignidad humanas, a nivel local, a nivel internacional, y sólo reaccionamos cuando nos salpican directamente, cuando la agresión es inevitablemente y ostensiblemente cercana, cuando es demasiado tarde para nosotros, al igual que para aquellos, esos “demás” que ignoramos alevosamente en la rutina tardo-capitalista.
El triunfo de este sistema estriba en nuestra extrema debilidad, volubilidad, vulnerabilidad como ciudadanos, como seres-en-el-mundo. Algo que sospechosamente viene de serie, en la condición humana y se multiplica por los efectos de aquel.
“… The temple's gone, but still a single column stands today
That sinking feeling fades, but never really goes away
A staircase up to nothingness inside your DNA
Well, that's a bleak sunrise…”
Vemos alrededor que recortan derechos elementales, que se vulneran los principios de igualdad democráticos, que se infringen las normas elementales de dignidad humanas, a nivel local, a nivel internacional, y sólo reaccionamos cuando nos salpican directamente, cuando la agresión es inevitablemente y ostensiblemente cercana, cuando es demasiado tarde para nosotros, al igual que para aquellos, esos “demás” que ignoramos alevosamente en la rutina tardo-capitalista.
El triunfo de este sistema estriba en nuestra extrema debilidad, volubilidad, vulnerabilidad como ciudadanos, como seres-en-el-mundo. Algo que sospechosamente viene de serie, en la condición humana y se multiplica por los efectos de aquel.
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