viernes, 18 de julio de 2025

Algún día…

 
Jean-Luc Godard. “Nouvelle Vague”. 1990

“Hope is the last thing to die”

Las falsas promesas de redención jamás condujeron a situaciones más prósperas.
Una vez asimilada la tibieza, parsimonia y alevosa connivencia de las democracias occidentales, de la honorable Europa, paladín de los principios democráticos; una vez asimilado que USA (demócrata o republicana) no va a dejar de seguir desarrollando su estrategia imperialista-colonial a través de sus sicarios en Oriente Próximo; una vez asimilada la inoperancia y falta de efectividad de los organismos internacionales y de sus acuerdos, sanciones y leyes; una vez constatado por activa y pasiva que los medios de comunicación tienden a soslayar los actos execrables infligidos a países del tercer mundo y a sobre-dimensionar los inferidos a cualquier país occidental, terminamos encontrándonos con los efectos que cualquier conflicto mundial produce en la sociedad, esto es, a fuerza de exposición mediática menor impacto social, asumiendo lo execrable e intolerable como cotidiano y previsible.

Desde la equidistancia y la interesada negación de lo real hasta aquellos que en su frustración e impotencia ante tanto suceso ominoso se encomiendan a la providencia (¿resignación cristiana?), a un ingenuo, impreciso y borroso futuro en el que los culpables rendirán cuentas (¿ante quién? si son los mismos con licencia para matar) y los que no reaccionaron adecuadamente en tiempo real sufrirán la ignominia de su error.
Eso resultará algún día, en un futuro social y éticamente procrastinado, mientras hago planes para las vacaciones, también concebido como mecanismo involuntario de abstención, agotamiento ante el drama…

Nada de eso va a ocurrir en las actuales circunstancias, es preciso un movimiento social y político internacional realista, efectivo, numeroso, de propuestas concretas más que de deseos y buenas intenciones domésticas, que intente revertir el acelerado proceso de decadencia y deterioro de las instituciones democráticas occidentales, que pongan un hálito de confianza en la especie humana.

“No hay lugar para el miedo ni para la esperanza, sólo cabe buscar nuevas armas”.

No hay comentarios: