miércoles, 7 de enero de 2009

Reveries

Antonio D. Resurrección. "El vínculo". Serie "Interferencias". 100 x 70 cm. Fotografía. 1999

Cabe la posibilidad de definir esto como una permanente ensoñación. Hoy lo pensé seriamente. Quizás así se explique la pertinaz amnesia y la confusión de objetos y nombres, pasando a un y otro lado de la "malla" terminamos no reconociendo las cosas, o quizás viéndolas en su correcta perspectiva quebrantada...

Me preocupan aquellos espectros que navegan a la deriva, se acercan pausadamente, por unos instantes, para luego desaparecer en la densa bruma nocturna. Demasiados rostros familiares investidos por la pátina del tiempo...
Esas sirenas de apariencia borrosa y subyugante parecen un truco houdinesco, me sumergen una y otra vez en un océano frío, congelado y poderoso en el que no tengo pie, pierdo orgullo y valor, a punto de solicitar socorro mientras el mar se seca repentinamente, unas mareas cíclicas cada vez más habituales pero no por ello menos siniestras. Quizás el temblor, la misma circulación de la sangre solicitando una amnistía, de nada sirve abrir los ojos... Oigo sus sonidos y recuerdo al bueno de Leopold, todo lo que se supone que debo saber, lo que me dieron los libros, la música, el arte, mis padres, profesores, mis amigos, mis amantes... Pero ahora la casa está revuelta, trompe le monde, y nada me sirve salvo el instinto de supervivencia que me susurra al oído: "Crece, crece, hazte Coloso"

Quisiera ser valiente antes que temerario, sabedor de mis habilidades para mantener el ritmo, pero hay algo que no termina de encajar en todo este periplo circular...¿es posible que me encuentre otra vez en 1999?, un efecto moviola...¿es posible que haya vuelto al mismo punto de partida después de diez años?, no puedo haber bebido tanto, no... y en caso positivo... Nothing ever Happened to me?, ¿se trata de una burla del destino?, volver sobre los mismos pasos y ¿repetir los mismos errores de la misma manera?, ¿qué clase de existencia es esta cuando las piezas parecen volver al mismo sitio?...
Demasiadas coincidencias como para minusvalorar su palpable presencia... ¿Cabe la posibilidad de la redención, la ruptura del anillo, o la mayor aspiración, como le ocurriera a Bill Murray, es ir modificando la historia hasta hacerla perfecta?, eso sí encajaría con mi personalidad: luchar hasta conseguir que todo quede en su sitio, qué harías sin mí...
Por vez primera hay algo que se escapa a la percepción "razonable", sospecho que nunca podré navegar solo, aquellas sirenas parecen aguardar su oportunidad escondidas en los recodos del litoral, preparadas para alimentar el ego que duerme en mí, armadas de una paciencia infinita, sabedoras de que en los avatares de mi periplo, siempre habré de regresar a aquellos reconocibles cálidos abrazos (los del deseo, los del amor), condenados eternamente a esperar, como yo a seguir buscando un hogar definitivo que quizás se encuentre en la soledad del fondo del mar, en tierra de nadie...

Uno sólo puede construir con vocación de eternidad, haciendo oídos sordos a su propia historia.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que triste texto!
La historia no tiene porque repetirse,debemos recordar nuestra historia porque seguro que nunca fue tan triste y confiar en nuevas aventuras,optimistas y valientes con la mirada limpia pero sobre todo no perder a las personas por el camino..eso es lo importante, eso es lo que nos hace mejores.

Sandra dijo...

Conozco la sensación del círculo imperfecto, pensar que todo lo que has caminado sólo ha servido para llevarte al lugar del que partiste. La palabra "eternidad" me aturde. La cabeza me da vueltas si lo pienso.El círculo es sólo una espejismo. Nadie regresa al pasado y todos aprendemos de los aciertos y de los errores, aunque sea un poco.

Antonio D. Resurrección dijo...

Yo no aspiro a la santidad ni a ser mejor que nadie (a estas alturas me conozco perfectamente). Me conformo con ser feliz y, sinceramente, no me puedo quejar. En el texto hay más sorpresa, lanzada al aire en forma poética, que pesimismo (cabe la posibilidad de la redención: modificar la historia hasta hacerla perfecta). Una búsqueda permanente es sinónimo de conocimiento y éste nos hace fuertes. Nunca he perdido la ilusión.

Nuestra experiencia sirve para reflexionar (la escritura es un medio) sobre las cosas que nos suceden y cuando la casuística nos re-sitúa en un escenario similar al de diez años atrás, ¡con los mismos personajes y casi las mismas circunstancias!, no podemos por menos que mirar alrededor con incredulidad, porque no ha sido buscado a conciencia...
Resulta cuando menos una ironía del destino si convenimos que éste tiene forma.
A ratos me río sin parar porque todo mi racionalismo me deja boquiabierto aun a sabiendas de que "similar" no es "lo mismo". ¡¡Todos tenemos diez años más!! jejeje...

La historia es un arma de doble filo, repleta de ocasiones extraordinarias y otras prescindibles, no creo que todos los momentos ni las personas merezcan ser recordados, a veces lo más recomendable es amputar un trozo de memoria y tirarlo directamente a la basura, porque la ignominia no nos puede impedir seguir creciendo. Un conocido, a partir de un accidente, se volvió amnésico y olvidó su pasado. Ese hombre no tiene malicia.

Segundas partes nunca fueron buenas y aun así nos alimentamos siempre de expectativas. Deséenme suerte (si la merezco) dentro de diez años.

Sandra dijo...

No me parece un texto triste.
A veces hay que hacer limpieza general y dejar atrás lo que sobra. Suena duro, pero algunos afectos con el tiempo, se vacían o caducan (otros se fortalecen, menos mal) y no hay sitio para tanto en vidas tan cortas como las nuestras.
Sobre la perfección:No quiero levantarme todos los días escuchando a Sony and Cher hasta vivir el día de la marmota perfecto :)
Suerte dentro de diez años

Antonio D. Resurrección dijo...

Pues cuando llegan el/los días perfectos, que los hay, "I Got You Babe"suena más celestial que nunca... aunque sea tan breve...

Muchas gracias por la suerte. Aunque no sea recomendable dejar en manos del azar nuestro futuro, siempre viene bien una racha de viento favorable, sólo un necio no lo aprovecharía.

Tengan suerte ahí fuera (los que la merecen).