lunes, 13 de junio de 2011

Ácido











Jean-Luc Godard. "Le Mépris". 1963

Lo que más escuece de cierta dimensión de la sinceridad resulta ser la ausencia de grandes adjetivaciones o hipérboles halagadoras. El temor a que lo vulnerable sea mostrado nos incapacita para la asunción de la realidad y, por extensión, para afrontar los avatares del destino (propio).

2 comentarios:

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

El problema es que muchas veces las verdades vienen disfrazadas. Pero una cosa es ser sincero y otra ser cruel.
Besos

Antonio D. Resurrección dijo...

Dos formas de relación agónicas: el escozor y la anestesia amnésica. Que cada cual elija.

Beso