lunes, 26 de septiembre de 2011

Mischka























Antonio D. Resurrección. "Rati haciendo amigos en el Reichstag". Berlín. 2011

Verse en el compromiso de relatar los hechos pasados y los que pudieran pasar, aumentan la responsabilidad del cronista si concebimos el discurso con carácter teleológico. La ansiada objetividad cobra dimensión trascendental cuando tratamos con seres queridos…
A veces hablo con mi mascota, practicando una suerte de exorcismo que nos libera, temporalmente (quién sabe hasta cuando), de los imposiciones que debería ejercer como hipotético progenitor.
De ello se concluye lo que me gustaría poder expresarle a Mischka toda la gloria que encierra el acto de vivir. También, me atrevería a advertirle sobre las amargas situaciones a las que tendrá que enfrentarse a lo largo de su vida: la vida, un mapa accidentado. Desearía denodadamente compartir con ella, de una manera alejada de todo dogmatismo, mi pasión por la cultura, el gusto por el arte, el cine, la literatura y la música… ¡La música!. Me encantaría viajar con ese pequeño angelito y mostrarle la grandeza que encierra Europa, llevarla a los festivales y acompañarla en tantos momentos sublimes, hacerla una más de entre mis amistades en la medida en que ella quiera. Me gustaría poder ser cómplice de sus ilusiones y deseos, verla crecer sin ayuda de nadie y con todo el amor del mundo… Me gustaría poder ver algo de mí en ella y algo de mi chica. Me gustaría poder sentirme orgulloso de mi pequeña y participar de ese orgullo con y por su madre. Me gustaría que un día, no muy lejano, terminara por aceptar mis limitaciones y aptitudes, como así concluí con mis propios padres, que comprendiera, al fin, que los errores nos hacen grandes y que no debemos bajar la guardia con nuestros peores enemigos. Nosotros mismos.
Hasta entonces, hasta ese momento, sigo practicando con Rati a la espera de que los sueños terminen por materializarse.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Selten etwas gelesen so real.

rührend/störend