La caja del diablo. Comunicación audiovisual. 2015 |
FIN está planificada como espacio de acción, una obra social en la que la participación colectiva de los artistas nos conduce a esa difícil tarea de resistencia y construcción de un nuevo marco teórico-práctico, ausente en estas tierras, que revele el entramado de nuestras creaciones. Dichas expresiones colectivas deben ser puntos de conexión, experimentos conceptuales que arriesgan la voluntad de conocer y ser conocido. FIN desea pues, romper el largo silencio mantenido, generar un sustrato teórico vinculado a los creadores y potenciar cierta didáctica de lo contemporáneo que, en la medida de lo posible, aproxime.
En este quinto proyecto los artistas han sido invitados a trabajar en torno a la idea del doble. Los cuatro colaboradores seleccionados, como viene siendo habitual, argumentan y justifican el porqué de sus propuestas.
El doble llega a nosotros siempre desde una maniobra transversal que suele sorprender en medio del exceso de unidad al que solemos aferrarnos. Bien es cierto que se puede concebir como un satélite que no deja de circundarnos, un ejercicio de simetría que permite desvelar en determinadas ocasiones el desdoblamiento como la suma de contrarios, el idéntico reflejo duplicado en versiones infinitas de una misma identidad o la, más temida, otra realidad apenas vislumbrada a la luz del día.
El doble emerge de las aguas silentes de las manifestaciones artísticas para demostrarnos que el tiempo reconoce la enorme brecha entre la agonía del autor y la inmensidad de constelaciones posibles. Aquellos ecos del pasado que proponían la desmaterialización del objeto y la ruptura de las vetustas reglas estéticas, luminarias que quedaron desatendidas. Pero el mercado manda, como una sustancia gelatinosa que impregna cualquier propuesta y oblitera las actitudes con vocación de ruptura.
El doble es el eterno fogonazo que nos obliga a recalcular la dirección, la variable que acostumbramos a olvidar re-ubicando esos castillos de naipes construidos por los tramposos de la imagen.
El doble resulta el necesario ejercicio que todo creador debe practicar como terapia purificadora, la versión equilibrada, o desequilibrada, que compensa los desvaríos del ego.
http://adresurreccion.jimdo.com/005-lab/e-vista-fin/
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