miércoles, 25 de mayo de 2022

La letanía perpleja

 
Wim Wenders. “Paris, Texas”. 1983

“… There she goes
There she goes again
She calls my name
Holds my brain
And no one else could heal my pain
And I just can't contain
This feeling that remains…”

“… You see, it doesn't really matter who you sleep with
Now you're just a legal ghost
It doesn't really matter who you speak with
Now you're just a legal ghost
It doesn't really matter who you talk to
Now you're just a legal ghost
It doesn't really matter where you walk to
Now you're just a legal ghost, a legal ghost
A legal ghost…”

Endemoniado carrousel que no cesa, ahondando en el resentimiento y el deseo, en la nostalgia y la distancia. La aparición luminosa (quiérase interpretar, ver) que todo lo trastoca, el resplandor glauco que acaba por cegarnos y convertirnos en pequeños, miserables y vulnerables. She used to sing me, to whisper me: it’s all a lie, it’s all a lie. Porque todo astro luminoso dispone de una cara oscura tenebre no resuelta que contamina cualquier trascendencia o transformabilidad. Existen estrellas tan oscuras como el descuidado vacío interestelar. Es el precio que hay que pagar por ejercer la temeridad, la improvisación y la inconsciencia en sentido reversible reverse. In the most turbulent moments I feel love, hate and revenge…
La misma valentía y coraje para no mirar hacia atrás y para mirar hacia atrás. Cul de sac. Ni reconstrucción del vestigio del edificio simbólico, ni nuevos racionalismos funcionalistas habitables. Kind a legal ghost. Al parecer, los afectos suelen dejar de ser biodegradables en un mundo de consumo capitalista. This feeling that remains… El vértigo extático, penitencia perenne en feed-back.

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