jueves, 8 de diciembre de 2022

El caparazón de la tortuga

 
Jean-Luc Godard. “Le Gai Savoir”. 1969

«Marcuse worried about the popularisation of the avant-garde, not out of elitist anxieties that the democratisation of culture would corrupt the purity of art, but because the absorption of art into the administered spaces of capitalist commerce would gloss over its incompatibility with capitalist culture. He had already seen capitalist culture convert the gangster, the beatnik and the vamp from “images another way of life” into “freaks or types of the same life”»

Es la música experimental (ambient, drone, field recording…) la que parece apuntar a cierta trascendentalidad atemporal, a diferencia del resto de estilos más entregados a una omnímoda vana fluidez mercado-técnica. A pesar de que en dicho ámbito sonoro muchas propuestas no son para nada nuevas, es cierto que, debido a que sus históricas influencias nunca se extralimitaron en desarrollo, logran sobrevivir al maremágnum de ofertas estéticas de corto alcance.
Pueden ser su exclusivismo, su sordera hacia los cantos de sirena multitudinarios, su falta de ansiedad productiva ajena a flujos perentorios, su parquedad comunicativa, su refinado gusto estético minimalista, su recurrente ausencia de voces o estructuras musicales vinculadas al formato canción: la extensión en bastantes composiciones, el hermetismo en los títulos, declaración de principios más cerca de una abstracción sinestésica que de una figuración costumbrista etiquetable. Puede que todas estas peculiaridades sean las que concluyen en excelente revulsivo al realismo capitalista, una obstinada discreta rebeldía en la que se fundamentan y crecen, validando verosimilitud y autenticidad de artistas genuinamente non serviam. La resistance!

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