jueves, 3 de abril de 2008

Encadenados












Krzysztof Kieslowski. "La double vie de Véronique". 1991

Asistimos a un juego de movimientos encadenados, círculos demasiado exactos para una vida entrecortada, puntos de retorno que realimentan el mismo recorrido, dejando de ser el mismo para ser otra ruta. Como una perfecta canción de amor que siempre suena de otra manera. Es emocionante pensar que en el mismo guión aparezcan variables inasibles, impredecibles. Cada acción pertenece, desde ya, al ámbito territorial de los otros, y así se producen las implosiones en la propia identidad, cuando uno no parece ser dueño de sus actos y sospecha de la intervención de más agentes, intentando sortear los riesgos del movimiento inesperado, proyectando a su vez, sobre otros pobres desconocidos, vectores hacia el pasado y hacia el futuro. Se impone estar despierto para no perderse en este flujo, tan vital como pernicioso, si dejamos que su fuerza centrífuga haga de nosotros meras marionetas arrastradas por la corriente.

No hay comentarios: