miércoles, 11 de agosto de 2021

Las contra-dicciones

 
Alexander Kluge. “Abschied von gestern”. 1966

“… E o que ela vê, só não vê
Quem não quer ver…”

“… You said nothing will change
We were almost near
Almost far
Down came the rain
But nothing will change
You promised…”

En permanente asunción de la realidad, sin filtros ni anestesiantes nocturnos, sin justificaciones vacuas ni pretextos, sin sicologías ni parapsicologías, el verdadero logro perceptivo en su más prístino estado: otro peldaño en la consecución de la plena autonomía, asimilando lo que es cada cosa y qué pueden llegar a ser. Vasta acción liberadora de intangible carga libidinal. La levedad de las necesidades, dependencias y auto-imposiciones, esas pequeñas grandes trampas que terminan por cercenar aquellas aspiraciones hacia el mundo indómito y elitista de la coherencia. Los hitos vitales a modo de lecciones aprehendidas, con el regusto extra, amargo de una desconfianza plena, forjada a golpes del desencanto que orilla en la misantropía. Real-life-bffs. Aguas “mansas” y “buenas” intenciones, elixires fatales para los que no existe antígeno.

No sólo en el ámbito de la política o el despiadado ecosistema financiero. La némesis de un azar justiciero a la luz omnímoda de la ilustración, los tributos y adeudos derivados de la colisión entre lo verbalizado, lo prometido (a promise) y lo constatado en el hilo amarillo del tiempo. Haberes y deberes. Diaclasa del sin-sentido, del sin-sentir a modo de bug emocional de relaciones truncadas.
You said: -“… (We could sail on forever) a promise, (There's light on the water) a promise…”

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