Jean-Pierre Melville. “Le Silence De La Mer”. 1949
“… He who Doubts from what he sees
Will ne’er Believe do what you Please…”
No espera de la sociedad unas pautas vitales, él ofrece las suyas propias y es en esa individualidad donde radica la excepcionalidad y el fracaso social. La única opción verosímil en una sociedad miserable, una burguesía indolente a la desgracia ajena, a la miseria del tercer mundo, a las injusticias universales de las que se siente agradablemente excluida, incluso superior, ensimismada en su decadencia consuetudinaria capitalista.
“… He who Doubts from what he sees
Will ne’er Believe do what you Please…”
No espera de la sociedad unas pautas vitales, él ofrece las suyas propias y es en esa individualidad donde radica la excepcionalidad y el fracaso social. La única opción verosímil en una sociedad miserable, una burguesía indolente a la desgracia ajena, a la miseria del tercer mundo, a las injusticias universales de las que se siente agradablemente excluida, incluso superior, ensimismada en su decadencia consuetudinaria capitalista.
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