jueves, 5 de marzo de 2009

Inconmensurable



Antonio D. Resurrección. s/t. 2008

La escritura es como la parte visible de un iceberg, el resto permanece oculto. Aproximación fallida e imprecisa de lo real en el mismo instante en que la primera palabra toma cuerpo, al igual que ocurriera con aquel primer beso.
En dicha superficie aparente apenas asoma la magnitud exacta de una euforia o fracaso, glosa enclavada en otra dimensión, distinta pero re-conocible.
El nacimiento de esta nueva realidad, bajo la calurosa vigilancia del dios cenital, termina por de-formar cualquier contorno determinado. Casi la metodología del tyché lacaniano. Colisión "titánica" que ofrece a los ojos una dimensión contundente de eso mal llamado "evidencia", rotundo gran blanco sumergido en las frías y profundas aguas del Atlántico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

un oceano comun en el que todos podamos ser lo que somos,que deliciosa utopia.