martes, 27 de mayo de 2008

Subestimación














Confieso que Arctic Monkeys no terminan de engancharme, lo mismo me ocurre con Franz Ferdinand (sin lugar a dudas prefiero a otros de su generación como Bloc Party: qué sonidos, o Maxïmo Park: qué letras). En el caso de los primeros se complica la cosa cuando los chicos han acabado la secundaria y andan a vueltas con el Clearasil. No creo que sea el momento más adecuado para expresarse con precisión y contundencia y sí más con visceralidad, testosterona, aunque en su primer disco demostraran buenas aptitudes. Me quedo con la voz del carismático Alex Turner, tan británica y soul como pudiera ser la del maestro Paul Weller.

La aparición de "The Age Of The Understatement" ha sido más que una sorpresa para muchos. Es un disco compacto, de principio a fin, transmite una madurez inusitada en un par de veinteañeros que parecen tener las ideas claras y, no menos importante, saben cómo materializarlas. Las influencias son evidentes pero ello no resta interés, todo lo contrario, máxime cuando son de primera categoría.Todo el mundo coincide en que este disco suena mucho a Scott Walker, al tipo de orquestaciones cinematográficas de los sesenta, a Gainsbourg... ahora que Walker se dedica a innovar, eso sí, de forma poco "amable" y si no escuchen "The Drift" o "Tilt", los demás parecen no darse cuenta de su etapa más original recurriendo a los que otros como Divine Comedy, Pulp o Bowie expoliaron en su día. Lo que supone la apropiación de la apropiación puesto que Jacques Brel fue algo más que una influencia (¿obsesión?) para el bueno de Scott.

Una vez clausurada la etapa Postmoderna, y su extensión pausada en still, conviene plantearse si después de tantos revivals cabe la posibilidad de imaginar otros modos y maneras que no sean movimientos en espiral. ¿En qué consiste ser "original"? ¿Hemos de ser los artistas, "originales"? ¿lo es acaso la gente en su vida cotidiana? ¿Tener que ser, o ser uno mismo?

Más allá de disquisiciones filosóficas "The Age of Understatement" resulta espectacular, y posee todos los ingredientes para que me fascine. No puedo dejar de escuchar ese clásico pop llamado "Standing Next to Me" y enamorarme al segundo de The Last Shadow Puppets, simplemente maravilloso, también quedan a la altura "Black Plant" con unos arreglos orquestales propios de Bacharach, "The Chamber" y su elegante estilo beat, la balada "The Time has Come Again", el western "The Age of Understatement" o el bombazo que aparece en el Ep homónimo, "In the Heat of the Morning"...

Grandes, muy grandes estos nietos de Lennon & McCartney.

2 comentarios:

Ale dijo...

Yo me subestimo cuando leo por aqui tanta información bien contada. Mucho que escuchar.

Antonio D. Resurrección dijo...

Ese halago me sabe agridulce, mi última intención es intimidar a la gente. Uno escribe (entre otras cosas) para desarrollar sus propias ideas, ahuyentar los fantasmas, adivinar nuevos horizontes... Me escribo antes que nada a mí (debo liberar memoria), a mis buenos y fieles amigos/as, y a todos los que deseen asomar la cabeza...

Se trata de comunicar, de transmitir información y por ello, el contenido de lo expuesto será siempre más importante que el continente. No es un ejercicio de estilo. Normas de la casa.

En cualquier caso es grato saber que produzco feed-back positivo, que existe gente que parece recibir esas botellas lanzadas a este gran espacio ciego, hacia todos y hacia nadie.

La casa está abierta.

Muchas gracias por el piropo. :))