viernes, 1 de mayo de 2009
Melody Nelson
No nos atrevemos, porque se trata de comenzar de nuevo la misma Histoire de, no nos atrevemos, no por falta de valor, entereza, descaro, no nos atrevemos porque disponemos de la sabiduría que da la experiencia en la propia carne...
No nos atrevemos, más allá del dolor personal, de las escasas expectativas de futuro, de la vía láctea entre dos elementos, no nos atrevemos y parecemos abocados a dejarnos llevar por la dulce letanía de la empatía...
No nos atrevemos porque la sensa-tez encubre al "dejarse llevar", no nos atrevemos al ser conscientes de nuestra extrema posición de privilegio (aunque frecuentemente sea así), no nos atrevemos pero acatamos el valor de lo extra-ordinario, no nos atrevemos a pesar de tener asumido que las oportunidades no deben dejarse perder, no nos atrevemos aunque no nos sea propio mantener la boca cerrada, no nos atrevemos aunque odiemos mirar hacia otro lado, no nos atrevemos porque queremos que sea verdadero, puro, sincero, a sabiendas de la inexistencia de estos casos...
No nos atrevemos, pero ya saben cómo somos, gustamos de sentir las cosas en la propia piel, aprovechar cada segundo de este torbellino vital, nunca más desperdiciarlo, nunca más claudicar en el "qué hubiera pasado si"...
No nos atrevemos y ahí vamos, con todas las consecuencias, asumiendo la inmensa responsabilidad que nos exigen los sueños; tranquilos, seguros, sin nada que perder o exigir.
El tiempo nos vuelve a confirmar que, a pesar de cometer errores, no nos equivocamos. Condecoración corazón púrpura.
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8 comentarios:
No nos atrevemos porque ya tenemos la experiencia que nos recuerda que puede doler, y doler mucho ... hasta tal puno que no nos deje vivir en paz y poder comenzar de nuevo, porque los sentimientos y los recuerdos no se pueden borrar y están presentes en todo momento.
Stendhal. De su libro, bastante misógeno por cierto, Del amor: "El amor es como la fiebre: nace y se extingue sin que la voluntad intervenga en absoluto.
Hay opiniones para todos los gustos. K.
"Prueba otra vez, fracasa otra vez. Fracasa mejor." Una frase de Samuel Beckett que descubrí en un texto de Lola Garrido titulado "El hombre que amaba a las mujeres" que formaba parte del prólogo del libro de fotografías de Alberto García-Alix "Llorando a aquella que creyó amarme"
Hay que saber ganar en la derrota, aunque ahora no es tiempo siquiera de eso...es sólo cierta intuición teleológica, produce inquietud...
Por otro lado, estar tan "entretenidos" con el pasado sólo impide tener recuerdos (buenos y malos) para el futuro.
Siempre soy partidario de tirarse a la piscina, aunque esté sucia. Cuantas veces sea preciso.
Grande Beckett!.
Existe una estupenda película homónima de Truffaut: "L'homme qui aimait les femmes" (En España: El amante del amor). Ad hoc!. ;)
De acuerdo con lo de la piscina. ¿Hay algo más triste que ver pasar a alguien un verano junto a una piscina sin poder bañarse por una "extraña enfermedad"?
¿Qué importancia tiene el fracaso si la alternativa es la "nada"?
Chapuzón colectivo!!!
¡Salud por el valor!
Venir aquí me gusta mucho, sí señor.
Usted no tiene que llamar. Esta es su casa por derecho propio. Beso grande.
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