Philippe Garrel. “Elle a passe tant d'heures sous les sunlights". 1985
“… J’ai tant rêvé de toi, tant marché, parlé, couché avec ton fantôme
qu’il ne me reste plus peut-être, et pourtant,
qu’à être fantôme parmi les fantômes et plus ombre cent fois
que l’ombre qui se promène et se promènera allègrement
sur le cadran solaire de ta vie…”. Robert Desnos.
El tiempo, esa gran masa viscosa sin área ni dirección determinados, fósil oleoso oculto tras kilométricas capas de olvido. Desde los ochenta hasta los noventa. El proceloso rito iniciático, atávico de la madurez.
Vasto silencio, el filme mudo que deja volar la imagen, sin necesidad de coyunturales préstamos.
El vivo retrato de "L", elle. Hélas pour moi. El desaliño y la oscilación entre el nido y la acera. La actitud clochard y el glamour de starlet-Factory-Sedwick. En blanco y negro, la juventud a fuerza de golpes y errores forjando una identidad, redoblando la existente. L’ombra della luce. Aquel vínculo nos hizo tan grandes como frágiles. Desde la fina línea delgada.
No conviene exponerse tanto a la luz del sol, tampoco a los flashes nocturnos del vacío. Los melifluos vínculos sociales.
Incroyable! merveilleux!
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