viernes, 12 de marzo de 2010

La vida como sueño














Parece, tal y como está planteado el juego vital, que estamos abocados irremisiblemente a practicar la mentira, vivir dentro de la la impostura. La marea nos arrastra hacia dentro, en cada uno de los propios actos. Quizás sea un modo, a todas luces extraño, de conseguir un equilibrio armónico fundamental.
Falacia de un estado democrático, trabajo edificante, de una arte carente de ambiciones espúreas, de un amor auténtico, libre de contaminación de actos tan inconscientes como irreversibles... El idealismo camina aferrado a una práctica diaria ingenua, ajena al coro de aves rapaces que rondan sobre las sombras de nuestras cabezas. Las manos sucias.

2 comentarios:

Ghibli dijo...

Así parece. Así es...

Antonio D. Resurrección dijo...

Y así parece que será, per secula seculorum, my friend...