miércoles, 30 de junio de 2010

El talismán

















Claude Monet. "Les coquelicots". 1873


Supongo que algo influyó ese cuadro de amapolas descolorido por el dorado sol gaditano, en aquellas eternas épocas estivales donde se proyectaban las futuras ilusiones, ajenas a la erosión cínica del maldito tiempo. No podemos menospreciar la adecuada insistencia "impresionista" del azar. Es oportuno recordarlo como equilibrio perfecto, recompensa a la vehemencia de quienes dirigen sus propios destinos. Impresiones al atardecer. Lucky man.

viernes, 18 de junio de 2010

Objetos perdidos














François Truffaut. "La nuit américaine". 1973


Cuando se pierden algunos detalles de la existencia, los efectos no suelen afectar al total de la integridad. El problema estriba en el mismo momento en que abandonamos ese saludable estado de alerta consciencia que nos hace crecer. Retrotraerse a los ámbitos de la peor adolescencia sentimental sólo nos reporta malestar y confusión. La construcción se desbarata, con el secreto deseo de que los cimientos pernanezcan en pie (ojos cerrados). Sabemos lo que debemos hacer, es tiempo de ponerlo en práctica. Es nuestro deber reconstruirnos a diario, ajenos a melodías lastimeras, transcender las trampas que, sin darnos cuenta, fabricamos nosotros mismos. El estado del bienestar no puede ser una ilusión sino la cotidiana aspiración, máxime en tiempos de crisis.

jueves, 17 de junio de 2010

La trama






Antonio D. Resurrección. Serie Interferencias. "Errar (es la última vez que me pasa...)". 4 /14 x 10 cm. Fotografías. 1999


Dejarse llevar, sin excesivas planificaciones, genera demasiadas expectativas, siempre pospuestas, que terminan por diluirse en el mismo proceso del devenir de los días. Cabe la posibilidad de que exista un flagrante error perceptivo en la concepción del planteamiento, ceguera parcial, incómodo atuendo destinado a frustrar cualquier atisbo de prosperidad. Cuando las concluyentes pruebas, repeticiones en espiral, terminan por inmovilizar al sujeto, se acaba concretando algo vislumbrado en cualquier historia distópica: la necesidad del compromiso, irrenunciable responsabilidad de dirigir, con mano férrea, el trazado de nuestro valioso destino. A la altura de tamaña verificación resulta ser demasiado tarde para rectificar, el cieno nos inmoviliza, atrapados en una maraña de ramas, alimentadas en la improvisación de los sentimientos y los vínculos aparentemente afectivos. Entonces, estamos agotados, perdidos, vencidos (de nuevo).

miércoles, 16 de junio de 2010

Piedras

















Smog. "The Doctor Came at Dawn". 1997


Aquel espectro de imagen (trascendiendo el sonido), el mar oceánico, reminiscencias de las aguas gaditanas que solían orillar complacientes en la desembocadura del Paraná. Recuerdo desleído, propio de las artes gráficas de los setenta, estableciendo un arco rectificado entre la niñez y el futuro anterior. Ese temible mar, convirtiendo la nave en un punto impropio sobre la pared cielo: negación de la divinidad próspera como persistencia retiniana. El fantasma de la incertidumbre, desasosiego y angst, remueve aquellas aguas.
Cuando se tambalean los principios fundamentales que rigen la órbita elíptica, a modo de ciclos envarados, a la espera de tiempos remotamente propicios. Intentando recabar energías de contiendas perdidas, perdido, pérdida. Mientras el viento sopla y arrecia, ocultos bajo la tierra, en la penumbra de una noche cerrada, cuestionando la propia existencia, resignándose a una deriva des-orbitada. Derrotado como en años.

domingo, 13 de junio de 2010

Transformada















Antonio D. Resurrección. Serie Interferencias. "Constantes vitales". Fotografía digital. 100 x 70 cm. 1999


El sacrificio, como entrega a otros, siempre demanda de forma in- consciente, a medio plazo, una "recompensa" más allá de los detalles puramente materiales. De tal manera que las habituales descompensaciones transaccionales generan un permanente estado de estupor decepcionante en aquellos aquejados del mal del misionero. Frustada aspiración a la redención que nunca termina de llegar, porque hace oídos sordos a las limitadas capacidades de quienes creen poseer cierto grado de luz. El mismo exceso de luz que puede producir ceguera. Ley de la balanza.

jueves, 10 de junio de 2010

Transparencia vs hipocresía


Daniel Cohn-Bendit en el Parlamento Europeo. Mayo 2010

Siempre mirando hacia afuera, nada de auto-crítica o programas previsores. El mal, lo erróneo o torcido, es un ente ajeno a las conciencias y capacidades decisorias del colectivo social. La reacción, el espasmo convulsivo, a destiempo, cuando el juego lucrativo agoniza. Ausencia de responsabilidad, también colectiva en cuanto connivencia silenciosa, cuando nadie quiere aceptar que el beneficio de unos ha resultado ser (desde la noche de los tiempos) la desgracia de otros. Son las indicaciones del mercado y nuestros propios excesos.

lunes, 7 de junio de 2010

Born to be Wild













Dennis Hopper (1936-2010)

In memoriam

jueves, 3 de junio de 2010

Big Low Festival























































































Low, Atlas Sound, Pixies, Grizzly Bear, The Fall. Fotos: Scanner FM


Bajo los efectos anestesiantes de los fármacos, las miserables condiciones de las compañías aéreas al abrigo de ese junco semiquebrado Selu, vuelta a la tierra prometida, aquella promesa de una Europa que parecía ser contagiosa y se quedó donde debía estar...
Mark Smith derrochando altanería y chulería made in Britain, bien acompañado, como siempre, para que le toquen las teclas al abuelo. Susi y los viejos. "Give me change, give me change", jaleaba el ingenio sureño...
La lluvia caía como complemento perfecto a unos XX desinflados y timoratos, canciones bellas que corren el riesgo de quedarse en un preciosista vacuo ejercicio de estilo. Acuoso Men in Black. Los Pony Bravo, a los postres, convencían con un estilo tan personal como peligrosamente unido al conservadurismo reaccionario andaluz, sin riesgo no hay sustancia, o veneno. The Big Pink, insanamente entretenidos, dieron el cerrojazo a un pelotón que hacía aguas por todos lados. Pavement a media luz, suelten lastre. Adiós a Tortoise, Fuck Buttoms y los energéticos Delorean porque yo lo valgo.

Resaca catárquica en el apacible Poble Nou, la segunda casa, bien impregnado de esa arquitectura que conjuga el atractivo de lo antiguo con el touch contemporáneo, más allá de las abruptas invasiones bárbaras...
Reconciliación con el Auditori, como servidor, arisco por fuera, inconmensurable por dentro. (Selu) Baños ADR, pantone 123, el tiempo amarillo que todo lo tamiza. La dulce voz de Hope Sandoval mientras la falta de decoro y respeto del respetable hacía sus entradas y salidas... Síndrome de Stendhal festivalero. De nuevo a hacer cola, els colets, pudiéndonos haber colado, como corresponde a nuestro caché. Otra vez lo volvieron a hacer estos tres, otra lección magistral a tanta impostura. Lluvia dorada. Bajo, batería (Mimima), guitarra que por sortilegio reverberaban en la cueva azul como una enorme orquesta. El gran destructor acabó en una hora con cualquier cosa que pudiera ofrecernos San Miguel de las alturas. Conteniendo las lágrimas, agarrando el brazo de Su-Mimi, contemplando atónitos, heridos de muerte tristeza, cómo aparecía lentamente ese amanecer apocalíptico, mientras la Parker nos hacía los coros más bellos jamás escuchados y recogía el pañuelo con suma precisión...
Coco- pose, Wilco, Marc Almond, Cold Cave y Yeasayer pasaron como una promesa de una ex, hasta que aparecieron los viejos zorros de Frank, Kim, Joey y el incombustible Dave, deuda pendiente entre hermanos, hermanita ven conmigo, desde la segunda mitad de los ochenta.
Debaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaseeeeeeeeeeeeeeerrrr!!!!!. Después del oído, la voz. Nen, bajo mínimos.

A la mañana empatizo con When I go Deaf, aturdido por el extraño ritmo de los días, volviendo al Auditori, en busca de la misma magia que una Clare no supo razonar. Mi querido Bradford, arropado por un reducido número de fieles incondicionales, nos sedujo con verdaderas gemas desprovistas de adorno, un ejemplo de rectitud ante la adversidad personal: And when we die we'll bury ourselves. Cómo duele Sheila. Sian Alice Group y Florence parecen seguir una onda Bat for Lashes que coquetea demasiado con el mainstream. Mea burro. Mejor los primeros sin la lacia del Peloponeso. Kill all the hyppies... Los ositos Grizzly mejoraron una noche de reencuentro Selúrico, con esos adictivos juegos vocales que parecen sacados de otra época, comandados por el primo rumano de Brody. I am, you are, Sheeeee. Gary o el Ozzy Osbourne queriendo ser Tokio Hotel: qué diantres hacía en el Primavera la sombra de lo que fue. Más Frost que Pet: el gangoseo nasal amanerado que manosea los tópicos arquetípicos del amor con coreografías de instituto... Así que mi querida Su-fridora y yo acabamos las existencias de San Miguel en el bailongo mise en scène de The Field... pissing, maltrechos con el recuerdo de Alan y señora, en el mejor de los festivales posibles.

Primavera Sound. Mayo 2010. Barcelona