lunes, 8 de enero de 2018

Progeria

Caspar David Friederich. Monastery Graveyard in the Snow. Oil on canvas. 1817/19





















Hay gente que nació vieja, con una serie de valores asimilados incuestionables, inamovibles. Los valores de una seudo-tradición, autónoma prescindente del neoliberalismo para re-afirmarse, que se vuelve traición hacia ellos mismos.
Porque algunos tienden a renegar del desplazamiento, el cambio que implique el esfuerzo de salir del reducido círculo en el que se encuentran apresados. En esa animosidad, consiguen cerrar las puertas, en un primer estadio, al conocimiento, en un segundo, a cualquier posibilidad sincrónica con el presente (en un mal digerido apasionamiento por el pasado), en un tercero, a la concreción como seres sociales en su propio futuro.
Como claramente evidenciara Mark Fisher, ¿Cuánto tiempo puede subsistir una cultura sin el aporte de lo nuevo?