lunes, 20 de octubre de 2014

Trastero

Juan Luis Carrasco. S/t. 2012



















Resultan tiempos ciertamente malos, soberanamente aburridos, para la visibilidad activa (como autor) y receptiva (como espectador) en un clima, casi generalizado, de tendencias estéticas reaccionarias decimonónicas, insostenible anemia de espacios realmente "contemporáneos" y políticas culturales (?) al servicio de la rentabilidad populista más folklórica y amiguista.
Esto resulta más sangrante cuando las nuevas vías de comunicación e interrelación están poniendo en cuestión, día a día, los vetustos y obsoletos canales de expresión y vehiculación artística, posibilitando la renovación de viejos modelos, facilitando la creación de ideas y el necesario feed-back. Una marcha imparable e incuestionable (ponerlo de relieve debe resultar tan innecesario como sonrojante) que ha desplazado el clásico zeitgeist estético hacia dominios inequívocamente más frescos y útiles, apoltronando los ejercicios de estilos clasicistas de "retorno al orden" en el ámbito del oportunismo ventajista, de lo anacrónico y la arqueología antropológica.

Sesenta y ocho

François Truffaut et Jean-Pierre Léaud. Paris. 1968

















1968. La Cultura que convergió en la calle, ajena a ese servilismo sordo tan caro a estos tiempos de miserable pleitesía bi-dimensional y amiguismo. Un instante preciso en el que las demandas de la sociedad se complementaban e interconectaban con las necesidades regeneradores del Arte. Cuarenta y seis años después, el hito de la reválida. A fuerza de perecer en un neo-liberalismo consentido por muchos creadores sumisos, es la hora de hacer caso al pueblo que adelanta millas a un gremio, otrora adalid de la avant-garde, adormecido por espejismos del capitalismo especular.

sábado, 18 de octubre de 2014

Miseria

Isidoro Valcárcel Medina. El fondo y las formas. 2010



















Valcárcel, el Artista. Rechace imitaciones.
Siempre un gran ejemplo de integridad, coherencia e inexpugnabilidad que deberían aplicarse muchos artistas, demasiado preocupados por la "rentabilidad", utilizando como coartada lo estético para fines puramente crematísticos. La cultura del pelotazo cultural, de la que poco o nada se habla, porque sólo interesa ver lo podrido en lo exógeno, como si no se participara de la misma miseria.

http://www.elconfidencial.com/cultura/2013-10-14/el-artista-que-nunca-vendio-una-obra_40752