jueves, 27 de diciembre de 2018

El mar, la mar

La caja del diablo. Comunicación Audiovisual. Cádiz. 2018


















El mar que ha presenciado décadas de encuentros y desencuentros, con sus marejadas y repliegues timoratos, un viejo testigo del average del fracaso sentimental que no es más que un fracaso existencial de elecciones malogradas, decisiones fallidas y tergiversaciones de un principio de realidad, verosimilitud tramposa, fútil.
El mismo mar aquiescente que terminará engullendo nuestros miserables fotogramas desvelados...

viernes, 21 de diciembre de 2018

Laboristas

Jean-Luc Godard. Passion. 1982






















En la línea de distancia entre el amor y el trabajo, el eterno antagonismo entre mundos condenados a no entenderse o a seducirse desde la oposición de potencias contrarias. Fuerza de trabajo, plusvalía de inconvenio.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Proxémica


Orson Welles. "The Trial". 1962

Buscamos justificaciones que avalen, reafirmen nuestro posicionamiento ideológico en vez de ampliar, enriquecerlo. Es el miedo a tener que cambiar de posición lo que nos mantiene circunloquiales, insustanciales.
Eres lo que lees, lo que escribes (cuando escribes), lo que comes, lo que sueñas. En definitiva, lo que amas o lo que dejas de amar.
El enaltecimiento de un lenguaje poético que se salga de la norma, como revulsivo redentor,
la línea incandescente de la re-existencia.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

La deca-dance o el lenguaje de las plantas

 Michelangelo Antonioni. "La notte". 1961
Un verde clorofila arruinado, desvaído, sobre la apariencia de una pigmentación en descontrol, la inquietante laxitud de una arquitectura extrañada, sin pérdida aparente de su grácil fisonomía. Aquel elegante objeto de deseo curvilíneo que guarda las formas en los asuntos exteriores, acicalado cosmético de reclamo kabuki, la seductora sonrisa decadente de meretriz decimonónica.
Se trata de la famosa pantalla-tamiz ennegrecida por un irrefrenable moho expansivo, el truculento comienzo de la fatalidad.
Del silencioso runrún que marca pausadamente el inexorable destino del desarreglo, la sobreproducción de empatía como síntoma patológico de una desesperada necesidad de proximidad auto-afirmativa, triste llamada de socorro de un organismo moribundo sobre su propia parcela de desatinos y temeridades, en el interior de un funcionamiento descompensado. El porte desairado de aquella planta en pleno proceso de desaparición, de disolución definitiva en la previsible vulgaridad de lo común.

martes, 4 de diciembre de 2018

Moskstraumen

Michelangelo Antonioni. “Identificazione di una donna”. 1982


















"All we ever wanted was everything
All we ever got was cold…"


El drama de la representación fílmica cobra inusitada veracidad en la experiencia propia, un arte infiltrado en los intersticios de la carne, de la sangre, de lo táctil. En la imposibilidad de la comunicación e incapacidad para plasmar el discurrir sincrónico, en secuencia jalonada de pequeños relatos condenados a diluirse en las aguas de lo indeterminado, lo inconcluso, una previsibilidad que acumula más incertidumbre al reto vital.
La búsqueda de un ideal se convierte en suerte de pálpito realista, convicción de que los obstáculos no son más que atrezzo en esa desesperada aspiración hacia la felicidad. Una autoestima estética-ética, vital, ajena a los intereses prosaicos de los productos del neo-capitalismo más acelerado.
Esa constante lucha sisífica, que hace de motor y cortafuegos a lo sensato, donde las palabras apenas alivian el dolor, donde los objetos pasa a ser fantasmas inanimados de seres, aparentemente reales, que un día fueron fuente de admiración y deseo. La práctica en la superficie de una simulación pródiga ajena al desaliento, en los que el panorama de evocaciones convergen en un dictamen desolador. La práctica de la repetición y la diferencia, cajoneras repletas de pequeños objetos inútiles, cabezas de unicornio y trofeos de cetrería humana ajenos a la empatía elemental.
Qué es lo que somos si tan sólo nos quedan las palabras y las cosas. No siempre es útil comprender. Ternura precocinada.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Aporía

Philippe Garrel. “Le Révélateur”. 1968






















"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz". Leonard Cohen.

La cotidianidad irreversible, ese mecanismo cargado de certidumbre, redimensionado en el sentido y la sensibilidad añejos. Fogonazos fulgurantes de asentimiento en el corazón de los conductores experimentados. En las pruebas palmarias de los efectos colaterales, las fisuras, lejanas de calibrarse como abruptas interrupciones del recorrido, forman parte del acuerdo, souvenirs como postales descafeinadas, carentes de intensidad cromática, pequeñas pigmentaciones en una piel curtida y expuesta a las inclemencias medioambientales, avatares de un destino tan predecible como insustancial.
En el vaticinio de los modos y maneras de toda contienda, el que protege tiene todas las de perder. Auspiciar requiere la asunción del rol del perdedor, interpretación certera basada en la animalidad del comportamiento, el instinto de supervivencia donde la debilidad de lo benévolo es un letal determinismo. Una perversa relación desajustada de derechos y deberes, inversa proporcional de apuestas devaluadas desde sus mismos albores. Testimonio fidedignos de principios básicos de sicología comportamental.
De resquebrajamientos y fines devaluados, desequilibrios y discursos entrecortados, una farsa repleta de glitches y efectos reverb, la transformación discurso vocoder en espectros a punto de extinguirse. La luz parpadeante en re-presentación sin la suficiente energía como para trascender. Fina línea intermitente entre lo esperado y lo deseado, lo previsto y lo asumido. Bendita in-certidumbre ignorante.

sábado, 3 de noviembre de 2018

The last dance
















"Though I'm tired just sitting here talking with you
There's better things y'know a lonely rock 'n' roller can do
The hour is getting late
They're putting all our dreams away
And lord have mercy on all of our thoughts today
I should get away
But I would rather stay and dance
C'mon darling let's dance
Although I'm tired just sitting here falling for you
There's better things y'know a lonely boy and girl can do
The hour is getting late
They're pulling all the curtains drawn and
We got the rest of our lives 'til the coming dawn
Hold my hand awhile
We'll go out in style and dance
C'mon darling let's dance
I'll say a little prayer for us girl
I'll say a little prayer for us girl
I'll say a little prayer for us girl
I'll say a little prayer for us girl
Though I'm tired just sitting here singing for you
There's better things y'know a lonely rock 'n' roller can do
The hour is getting late
They're putting all the chairs away
If they've got Big Star on the radio they'll let us stay
Oh, September girl
Come and rule my world and dance
C'mon darling let's dance
C'mon baby let's dance
C'mon darling let's dance (I'll say a little prayer for us girl)
C'mon baby let's dance (I'll say a little prayer for us girl)
C'mon darling let's dance (I'll say a little prayer for us girl)
C'mon baby let's dance (I'll say a little prayer for us girl)
Show a little love
I wanna be close to mine and
Have a little heart
I'll keep my own in time and
Show a little love
I wanna be close to mine
And dance"

Jason Pierce. 2018.

domingo, 28 de octubre de 2018

Objeto de deseo



















En este país siempre se han vendido bien los libros pero no es que eso haya corrido parejo a la lectura por parte de los compradores. Hay gente que compra libros por lotes o, incluso, por gamas cromáticas. Hay gente que compra libros (por empatía emocional, intelectual) que nunca lee, que nunca va a leer.
Tener una estantería llena de libros (evítense catálogos o revistas: execrable) viste mucho socialmente aunque el que pueda fiscalizar tu orgullo literario no lea ni un prospecto. Luego están los extras de vacua vanidad que se arroga el poseedor (de posesión) de una buena colección de libros. Una forma de ostentación clasista como otra cualquiera.
En este sentido, un PDF o un MP3 te condenan directamente al ostracismo onanista. Nadie te va a ad-mirar, pues de eso se trata, de ser ad-mirable, un poquito por encima de los demás, si viene al caso.

Dónde dejamos lo verdaderamente importante: el contenido, no el continente ¿Quién se empapa realmente de la mismidad de la cosa? ¿Realmente el formato digital nos desposee de ese objetivo? Si en este país realmente se leyera, no ocurrirían las cosas que ocurren con pasmosa cotidianidad.

Otra cuestión (nada baladí) pendiente de asumir es que, cuando hablamos de libros, no necesariamente hablamos de buenos libros sino, quizás, de libros que se venden mucho por las causas más peregrinas. Las más habituales, estrategias post-capitalistas cuidadosamente diseñadas.
Y hablando de neo-capitalismo, a ver quién y cómo conjuga la patología fetichista del objeto-libro, o el objeto disco, o el objeto DVD con las limitadas posibilidades de los metros cuadrados que se nos ofrecen hoy en día, ya sea en formato alquiler (con el horizonte no muy lejano de la mudanza), ya sea en formato compra (con el horizonte no muy lejano y obvio de que el espacio no puede expandirse más allá de sus propios límites). Los salarios no pueden responder a eso, no. Nadie, de hecho, puede responder a eso.
Cuando viajamos a Berlín pillamos un avión. No vamos, por pureza actitudinal, en carreta, pero claro, la tecnología y la autenticidad se llevan fatal desde que Gutenberg inventó la imprenta.

No menos insoslayable ¿Qué me dicen del pequeño problemita que tenemos medioambiental? ¿Merece la pena lucir nuestro orgullo pequeño burgués de salón mientras dejamos calva media Amazonia? Igual podemos leer jugosos ensayos eco-friendly lujosamente encuadernados.

La digitalización del mundo, a mi “molesto” entender, es inevitable e incuestionable (y no todo el oro me deslumbra, no). O bien abrimos los ojos al nuevo mundo cuanto antes o bien nos narcotizamos con un regreso al pasado hipstérico (en su dinámica adictiva, en su objetualismo) que guarda bastante relación con el zeitgeist neo-liberal de las últimas décadas. Otra metamorfosis más de planificaciones capitalistas destinadas a vendernos varias veces lo mismo pero con coartada romanticista.

Aun así, si a la muchachada le gusta la mandanga (aun a sabiendas de que el gusto se perfila detalladamente en los consejos de administración de las empresas de marketing) pues dejémosles que camelen. Peores son la heroína o los crossovers ¡Lean malditos, lean!

sábado, 27 de octubre de 2018

Mara















Antonio D. Resurrección. "Transatlántica 9669". 2005/07

En el proceloso año 2007 realicé sendas exposiciones en Buenos Aires y Sevilla, al abrigo de mi proyecto personal «Transatlántica 9669». Para ello conté con la colaboración de artistas andaluces y porteños. De entre estos destacaba, con especial luminosidad, Mara Facchin. Una artista elegante, discreta y profunda (de las que ya no se destilan) que crecía en el trato directo, por su cultura, desprejuiciamiento y exquisita amabilidad.
Lamentablemente, Mara se nos fue el diecinueve de octubre. Que mis palabras (las del catálogo y éstas) sirvan de homenaje a una extraordinaria artista y mejor persona. Hasta siempre, Mara.

«En las escenificaciones pintadas de Rubén Guerrero se ponen en
marcha diferentes recursos que convergen en la idea de confusión
perceptiva del espectador, una estrategia que, por cierto, está presente
también en otros artistas del proyecto “Transatlántica 6969”.
A través una tradición pictórica, consciente de sus recursos y
limitaciones, se disipan las fronteras que puedan existir entre
representación y realidad. Y es en este sentido que la superficie del
cuadro asume orgullosa su bidimensionalidad (la misma realidad del
soporte, del artificio), abandonando cualquier intención de sobreponerse
al espacio tridimensional.
Rubén Guerrero suele presentar en sus obras superficies perforadas,
zonas limítrofes situadas en el “entre” de la escenificación de la
representación, por cuyas fisuras (a modo de pantalla-tamiz rasgada)
se cuelan fragmentos de realidad, una realidad distorsionada, enajenada
que mantiene un pulso con la misma representación teatral.
Dicha constante argumental se concilia en S/T con la idea propuesta
de la semejanza mediante cuerdas que podrían estar relatando, en clave
metafórica, la misma relación entre pares de artistas. Así en el cuadro
los elementos afines, aunque distanciados, contactan puntualmente
uniendo partes que escapan a nuestra visión.
Esta ruptura de la representación convencional, del extrañamiento
de la imagen, de la indefinición en un espacio fronterizo que juega con
la noción de realidad, enlaza con las preocupaciones de la artista Mara
Facchin, que añade a su discurso una dimensión social en cuanto análisis
del estilo y lo que ella define como “estándares del gusto”. La valoración
del gusto a modo de descripción y definición del ámbito social se
complementa con la propia búsqueda del estilo, la “estética del
interprete”, y en esta asociación se desarrolla el concepto de semejanza,
interrelacionando medio y tema.
“14 lajas intactas” remiten a una parte de la historia social argentina
a través de la piedra cuarcita, rebautizada como Mar del Plata, ampliamente
utilizada en su país para fachadas e interiores de vivienda y símbolo
de una época determinada. Es por ello que la artista aclara que su obra
es “una pieza de superficies, derecho y reverso de la pared, fachada e
interior”, estudio del espacio doméstico como generador de estilo que
entronca con los paramentos esbozados por Rubén Guerrero, ya que
ambos artistas en estos trabajos parecen elegir el marco de lo habitual,
el espacio habitado, para orquestar esa representación de la extrañeza.
Lo que en Rubén Guerrero son fronteras: vallas, muros, puertas... en
Mara Facchin equivalen a revestimientos, decoraciones de un entorno
social determinado, una concreción que se universaliza en el caso de
Guerrero en beneficio del discurso de la representación, mientras que
en Facchin la necesidad de incluir en la argumentación el medio provoca
que transite por los terrenos de la superficie: la superficie de los objetos
sociales y la superficie del cuadro».

Antonio D. Resurrección. 2007

domingo, 30 de septiembre de 2018

Holy-moor

Blake Edwards. "The Party". 1968












“Desde la colonización española a la colonización de la mente global por Hollywood, la condición de la penetración capitalista en el inconsciente colectivo ha sido saturar el espacio de la imaginación”. Franco Bifo Berardi.

Hollywood Trade Mark (hombres y mujeres) parece reivindicar ahora sensibilidad, una dimensión humanizada de su actividad “artística” que no discrimine, que no cosifique, cuando lleva décadas exportando un modelo de cultura, de ideología totalmente contraria a los presupuestos integradores, reflexivos y dialécticos de lo sensatamente sensible, igualitario, resultando más fundamentada en la industria capitalista que en la propia práctica artística y los valores morales contemporáneos (los que hubiere) ¿Quién puede resultar verosímil en esta contextualidad?

domingo, 23 de septiembre de 2018

Engramas

Alan Robbe-Grillet. L’immortelle. 1963

















El signo de los tiempos parece resumirse en intentar permanecer desesperadamente, a modo de salvamento ontológico, en la anterior centuria. Efecto retro-maníaco que termina agarrándose a los hierros oxidados de un Titanic finisecular, a los humores y proyecciones de épocas extintas, a los estilos, ropajes y tecnologías vetustas. Un vintage de la catástrofe rentablemente reconstruido sobre una espiral rizomática publicitaria. La memoria histórica de tintes metafísicos que no es conveniente soslayar. Desde esta perspectiva, cómo confiar en el futuro, ese estado de expectación tan necesario como escaso, si sólo se nos ofrece un retro-porvenir carente de sorpresa.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Long distance runner



















Jason lleva décadas intentando encontrar el remedio que alivie su maladie.
El tratamiento, a fuerza de repetirse, aparenta haber perdido efectividad (¿o he de decir, efectismo?). En cualquier caso, quién puede sustraerse a esa voz quebradiza, capitidisminuida, rumiante en sus fijaciones, ensimismada en sus espectros.
La clave de esta receta magistral reside en la capacidad empática, humanizada, verosímil que exhala porque, en la sombra alargada que proyecta este singular astronauta existencial, podemos encontrarnos cualquiera de nosotros. Come on darling, let's dance.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Relativos, familiares, conocidos

Bernardo Bertolucci. “The Sheltering Sky”. 1990
















“Because we don't know when we will die, we get to think of life as an inexhaustible well. Yet everything happens only a certain number of times, and a very small number really. How many more times will you remember a certain afternoon of your childhood, an afternoon that is so deeply a part of your being that you can't even conceive of your life without it? Perhaps four, five times more, perhaps not even that. How many more times will you watch the full moon rise? Perhaps twenty. And yet it all seems limitless”. Paul Bowles.

Y si los planes siempre acaban determinando trazados más propios de la casuística que de la pre-visión (un reflejo paradójico de lo categórico constante), está en la motivación personal aprovechar los hitos, a modo de traducción simultánea, que el relato va interponiendo en el trayecto, o abandonarse al desarrollo de los acontecimientos en una suerte de efecto Larsen emocional.
La historia del aprendizaje como catalizador de desencuentros y causas perdidas, el traumático encuentro con el inesperado (negligencia) futuro anterior. Fina arena escurridiza.

jueves, 30 de agosto de 2018

Re-signar


















Entre las “virtudes” del individuo en la sociedad postcapitalista está asumir como ineluctables sus contradicciones, las de él, como personificación del sistema. Una suerte de cinismo acomodaticio de difícil justificación. “There is no alternative”.

domingo, 26 de agosto de 2018

Pre-esencia

La caja del diablo. Comunicación Audiovisual. 2018

En la era de la permanente interconexión, no puede existir en el mundo un lugar no clasificado, fichado, nominado y convenientemente publicitado. La obsesión por localizar, acosar, perseguir a tribus indígenas con el prurito de que nunca han contactado con “nosotros”, resulta a todas luces, intolerable.
Como paladines de la “verdadera civilización”, una suerte de antropocentrismo exterminador, parecemos abandonados a la suerte de la auto-imposición de la conspicua presencia, a no dejar resquicio de alternativa o diferenciación posible. Weltschmerz.

sábado, 25 de agosto de 2018

Lucidez

Alvar Aalto. Viipurin kirjasto. Vyborg. Russia. 1935






















¿Tendrá algo que ver en la asimilación del principio de verdad, de la certeza de lo correcto, que las escasas condiciones lumínicas de los países del norte de Europa hagan concebir la revelación solar como un hallazgo extra-ordinario, a diferencia de la permanente obsesión por la sombra, por la penumbra en los caldeados países mediterráneos?
Ese aire esquivo a la clarificación, las labores de encubrimiento o filtración de la luz como recursos tácitos de la falta de transparencia.

viernes, 24 de agosto de 2018

Desdoble

 Michelangelo Antonioni. "La notte". 1961

De aquellos periodos en los que el tiempo era una alegoría de la prosperidad y la ilusión de autenticidad. El ilimitado anhelo de la suerte embravecido.
De “lo que ya no es más y lo que todavía no es”, para el que persigue un fantasma y acaba mimetizando su espíritu.

jueves, 2 de agosto de 2018

Re-evolución

















Celebrar cincuenta años del mayo del 68 no es celebrar la utopía sino el progreso, de facto, de muchos derechos sociales e ideológicos.

domingo, 13 de mayo de 2018

Algoritmo

Wim Wenders. "Im Lauf der Zeit". 1976
















"El fracaso es consustancial a actuar sobre las cosas. Es consustancial a la mera existencia".
Timothy Morton

viernes, 23 de marzo de 2018

Ornamento y delito

La caja del diablo. Comunicación Audiovisual. 2018



















Ciudadanos de clase media, de vidas agrisadas y convicciones anémicas, con diluida querencia por los discursos presuntamente conciliadores, altamente reaccionarios, sist-hemofílicos.  Gente que se fundamenta en la atonía, gente de bien.
Hemos de suponer que, para una gran parte, la vida se resume en redactar ejercicios escolásticos de C1 ("Nerd Talks"), en los que nos congratulamos siendo políticamente correctos: el multiculturalismo, el consumo responsable, la vida sana y deportiva, el eco-friendly o la simpatía por las artes. Todo lo que de aggionarmiento pueda traernos vivir y más, porque vasto es el campo en que lo hipotético anestesia ajustadamente nuestros cuerpos, nuestras mentes, sin menoscabo alguno.
Mientras, la otra realidad, la de los gritos y tumultos a pie de calle, golpea el cristal en su más cruda metamorfosis. Un meteorito inconmensurable, negro, ignoto, que zarandea el softconfort burgués del aula y desmorona el idílico constructo que apenas sirve para sostener el discurrir de sus vidas. Writing & Speaking.

jueves, 1 de febrero de 2018

"Tu es la vague, moi l’île nue"

Jacques Rivette. "Paris nous appartient". 1961




















   

Vague que sigue siendo Nouvelle frente a un alto porcentaje de (mal llamada) cinematografía, efectista, narrativista, meliflua, consuetudinaria versus "non serviam": profundamente aburrida.

lunes, 8 de enero de 2018

Progeria

Caspar David Friederich. Monastery Graveyard in the Snow. Oil on canvas. 1817/19





















Hay gente que nació vieja, con una serie de valores asimilados incuestionables, inamovibles. Los valores de una seudo-tradición, autónoma prescindente del neoliberalismo para re-afirmarse, que se vuelve traición hacia ellos mismos.
Porque algunos tienden a renegar del desplazamiento, el cambio que implique el esfuerzo de salir del reducido círculo en el que se encuentran apresados. En esa animosidad, consiguen cerrar las puertas, en un primer estadio, al conocimiento, en un segundo, a cualquier posibilidad sincrónica con el presente (en un mal digerido apasionamiento por el pasado), en un tercero, a la concreción como seres sociales en su propio futuro.
Como claramente evidenciara Mark Fisher, ¿Cuánto tiempo puede subsistir una cultura sin el aporte de lo nuevo?