sábado, 2 de diciembre de 2017

Plomizo




















La asunción de que la Justicia está en sus manos, sabedores de saberse impunes, de que lo máximo que les puede ocurrir es que la "extrema izquierda" les intente abochornar en el Congreso. Y ni eso, porque quien asume la podredumbre moral como normal es ajeno a la responsabilidad, el rubor o la duda.
El resto es silencio. Silencio político, institucional y ciudadano (qué rápido nos cansamos).
Se acabó el conato de renovación democrática, se acabaron los intentos "adolescentes" por ocupar la calle, por cambiar una sociedad anquilosada en el franquismo, se olvidaron las necesidades elementales en el camino de la costumbre.