miércoles, 25 de abril de 2012

Tres

















Antonio D. Resurrección. S/t. 2012

Ahí están, las tres luces, como permanente referencia para viajantes desorientados. Entes marítimos acostumbrados a recibir embarcaciones a la deriva, última escala de itinerarios trazados con el pulso firme de la vehemencia...
Tres focos que cumplen el axioma de la tríada, el triángulo divino que inscribe al círculo vicioso, contaminado de las situaciones bucle, aquella añoranza utópica de Agrippa metamorfoseada en tres halos lumínicos conciliadores, con una miríada de sueños apenas esbozados, el ensayo previo a la experiencia in-consciente de la realidad. Las aspiraciones nunca tuvieron mejor escolta.

jueves, 19 de abril de 2012

Devaluado





















Dziga Vértov. "El hombre de la cámara". 1929

Apenas concluye la decepción comienza la post-decepción, el espíritu desabrido de una revolución descafeinada que pierde aliento en cada manifestación, en cada estadio de voluntad enmascarada. Progresión geométrica de pragmático escepticismo, trasunto proporcional a las mermadas energías adscritas a una transparente ilusión.

jueves, 12 de abril de 2012

La noche oscura




























Antonio D. Resurrección. "_m_r _st_v_l". 20 x 20 cm. 2012

Comienzan las jornadas de grandes contrastes, mediodías prometedores y tardes apocalípticas, tormentosas que auguran noches agitadas, permanente vigilia. Donde los sueños, esas planificaciones de una posteridad cada vez menos previsible, más indeterminada, contaminan los cuerpos adormecidos por un invierno parco en expectativas...
Vuelven los días de miradas borrosas y cansancio visual, edulcorados con el ebrio fármaco social, el complemento vitamínico de las mangas cortas y las minifaldas de vértigo, un angst post-Pascua que paradójicamente remite a la resurrección de los cuerpos, la realimentación de una sana esperanza metamorfoseada en líneas por trazar.