miércoles, 22 de marzo de 2017

Painita

Kuti Gattoguapoch. La caja del diablo. Comunicación Audiovisual. 2017




























Vivimos en un país de chapuzas, chamarileros, curanderos y oportunistas que convierten las cuestiones de sanidad en algo sangrante.
Lo que significa contar con los mejores especialistas o los perfectos negligentes, la profesionalidad frente a la incompetencia, lo que se simplifica dramáticamente en recuperarse o directamente morir. La casuística del acierto de la estrategia, el don de la posibilidad o del error de la apuesta en muchos casos.
Hace tres semanas, según ciertos albéitares, la única opción era el sacrificio. Ahora, rectificada la asistencia, se recupera merced a un tratamiento adecuado a su patología y necesidades. Cada día se encuentra mejor y las posibilidades son honrosamente aceptables.
No se trata de dar gracias a las divinidades o a la "buena suerte". Se trata de agradecer que existan profesionales que saben ejercer su profesionalidad, con dignidad y competencia, en medio de un mar de ineptitud. Hay que buscarlos con denuedo y una vez localizados, no desprenderse de ellos jamás.

sábado, 11 de marzo de 2017

Consumición

La Caja del Diablo, Comunicación Audiovisual. 2017










































Con el análisis y el diálogo moderado pasan los momentos, pasan los meses, pasan los años y todo sigue con la apariencia de una moderada sensatez, una moderada libertad y una moderada democracia que perpetúan una moderada aspiración hacia lo auténticamente sensato, lo verdaderamente libre, lo genuinamente democrático, en virtud de la moderación.

viernes, 3 de marzo de 2017

Cancionero

La caja del diablo. Comunicación Audiovisual. 2017

































Parece que matando al músico, al artista maduro que ha conseguido superar (la dignidad no es baladí) el océano de la emergencia, tendremos el camino más despejado. Quizás nuestros deseos de trascendencia se cumplan, consigamos camuflar la envidia como una coartada generacional, el David henchido de frustración y resentimiento. No siempre resulta fácil aceptar lo que somos y lo que no podremos ser. Vuelve la canción rabieta.