sábado, 30 de noviembre de 2019

Pasajero

 
Antonio D. Resurrección. "Bandera Bianca #2". 50 x 50 cm. 2012

“You're in the water
I'm standing on the shore
Still thinking that I hear your voice…”.

“… I took your picture from the frame
And now you're nothing like you seem
Your shadow fell like last night's rain…”.

How to disappear completely
. La imagen sobre la pared termina por desvanecerse, integrarse en su superficie. El tiempo ha ido desaturando su cromatismo, rebajando la viveza de lo que otrora fuera un orgulloso ejemplo de estética y declaración de principios, la brillantez altanera de una relación juvenil con el entorno.
Y después de todo un proceso de estar-en-el-mundo, la quietud, el descanso de la imparable acumulación, di-solución en lo etéreo, la volatilidad de las impresiones quedarán incluidas en la dermis del paramento, como testimonio secreto de experiencia vital, ciertamente hipnagógica.
Ya no más exposiciones a la intemperie perceptiva ni defensas de principios. La desaparición, que no la muerte, a modo de Pax romana, latente en la retina y también, necesaria asunción, en la parte trasera del corazón.
La imagen. Aquella imagen, la imagen de aquella imagen. El recuerdo. Fade to grey.

martes, 26 de noviembre de 2019

Distorsión

 
David Lynch. “Mulholland Drive”. 2002 

“Head-on collision If it still has bones it shall move forward (which is different to progress)”.
«El conocimiento es más una conversación que una representación de la realidad». Richard Rorty.

Los sucesos se acumulan en un presunto almacén deslavazado, el amontonamiento de facetas y detalles de un historial, en muchos casos, prescindible pero difícilmente ignorable.
La opción de que toda esa información, todos esos hechos queden a la deriva en un mar estancado por decenas de imágenes fragmentadas, deformadas a causa del efecto del tiempo y de la memoria pero, también, por la espiral de reinterpretaciones ventajistas, no hace sino acrecentar el convencimiento de que nunca ha existido (desde afuera) una voluntad de liderar faros luminosos de virtud, de que las espurias pretensiones de quienes se dejan arrastrar por la corriente de la inercia enajenada carecen de objetivos, más allá de la supervivencia en la era del súper consumo y de la proximidad calculada. Las alas de una máscara que termina por desprenderse con el paso del tiempo (escultor de verosimilitud) y el abuso de interpretación, la auto-justificación, el disimulo.

Reinventar la realidad nunca supuso un grado mayor de cinismo y desapego hacia la tierra, la superficie de las cosas, el volumen de la construcción de lo edificante. Y ni los flashes nocturnos, ni la saturación de sonido, ni el abandono en brazos coyunturales, prescindibles, insustanciales marionetas, ni la inmersión en las aguas de lo anestesiante o la química menos fisiológica podrán mitigar lo que es un grito silencioso a voces. Las que son imposibles de amedrentar en la densidad de la noche. Esas mismas que velan porque la penitencia sea proporcional a las infracciones cometidas, más allá de divinidades castigadoras, más acá de la propia identidad escrutadora.

Tan lejos de la fábula o el refugio provisorio oportunista en colectivos que deniegan hacer causa común de los desvaríos ni las imprudencias particulares. El desatino nunca tendrá legitimidad. La realidad se impone palmaria, como una luz plena, omnímoda, cegadora, que impedirá disimular las cicatrices, la ropa ajada, los objetos destrozados, los cristales rotos, las arrugas ganadas a golpe de mentira y mezquindad.

Los restos de una batalla que sucede en el único lugar en el que no se puede eludir: en el interior de la mente. El testimonio de la evidencia. Cristalina.

domingo, 24 de noviembre de 2019

Somos la connivencia

 
“Nos resistimos a traicionar nuestros principios”
“Nos resistimos al todo vale”
“Nos resistimos a dejar de nadar contracorriente”
“Nos resistimos a hacer lo que sea para vender más”
“No vamos a cambiar el mundo, pero el mundo no nos va a cambiar a nosotros".

Anuncios publicitarios supuestamente empoderadores, tan vacuos y absurdos como el septum en la nariz, que cierran vendiéndote una cerveza, un contrato eléctrico o un coche, dinamitando de paso, aquellas nobles ideas que manosean con inefable desfachatez. Una forma descarada post-capitalista de neutralizar cualquier opción de trascendencia y reacción ideológica.

sábado, 23 de noviembre de 2019

Nigro-mante

 
Krzysztof Kieślowski. “La double vie de Véronique”. 1991

“But the house, the house is dark
I care, but very little
What happens to the heart”.

Mitología de la oscuridad, como un plástico contaminante que asfixia la alternativa de oxigenación, de airear la podredumbre de los actos y los pensamientos más deletéreos.
Aquella trivialización de lo ominoso que adhesiona las limitaciones infantiles del temor al rumor vital, al vivir. Pánico escénico. Politoxicomanía.

jueves, 21 de noviembre de 2019

Autorreferencialidad

 
Morton Subotnick, Lillevan & Alec Empire. LEV Festival. Madrid. Octubre 2019

El ensimismamiento, bien proporcionado en el tiempo e intensidad, resulta el perfecto salvoconducto que permite la expansión hacia infinitas posibilidades de relación. Una energía tautológica, mántrica, de inevitable fuerza centrífuga. La lógica interna como motor de cambio, atracción.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Caja de espíritus






Antonio D. Resurrección. La caja del diablo. Comunicación audiovisual. Los Rosarios. “Caja de espíritus“. Fun Club R. 2019

Pleno de ventura y vanidad al haber contribuido en la creación de este excelente trabajo de mis queridísimos sevillanos Los Rosarios. La resistencia inmarcesible del rock alternativo en la Andalucía refulgencia, prescindente del “eterno” pasado. El silencioso alarido que trasciende el tópico. Renuencia escrita con sangre. Aullido y dolor.

viernes, 15 de noviembre de 2019

ADR Dj. Set. 15.11.19

 
La caja del diablo. Comunicación audiovisual. 2019

"And I somehow slowly love you
And wanna keep you this way
Well, I somehow slowly know you
And wanna keep you away, away".

jueves, 14 de noviembre de 2019

Der Himmel über Berlin

 
Berlín. 1989

“If you think nothing is yours
And if I think everything belongs to me
How wrong I'll be, none of us have anything”.

Y de los muros surgen los sueños, lo predecible como anhelo y fuerza centrifugadora de la voluntad. Se trata de la perpetua energía retroalimentada entre contrarios, una contienda que mantiene el pulso vívido de lo vital. Eternos planeadores chagallianos sin desaliento que desconocen la probabilidad del límite y la intransigencia. A unas fronteras derribadas les sucederán otros obstáculos no menos sutiles, también la generación de savia nueva que nos regale la posibilidad del cambio. Ilusión pragmática.

domingo, 10 de noviembre de 2019

Desliz

 
Chromatics. 2019

Al no "leer", al no detenerse y dedicar el tiempo adecuado a la interpretación y traducción de los elementos, la comprensión se queda en la superficie de un cristal fractal de cristales, fragmentos superpuestos de un entramado vítreo de mil trozos, y en esa aprehensión superficial, permanece reflejada la dimensión de las frágiles, nimias identidades. El reflejo de lo que se es. Mensajes que rebotan en las facetas de la misma representación, un perfil tristemente semejante. Like, Superlike, Hiperlink... El vacío, más humano que tecno-lógico, vacío. “You really have to display information to discover relativity".

domingo, 3 de noviembre de 2019

A woman under the influence

 
Seamus Murphy. “A Dog Called Money”. In-Edit Fest. 2019

“All my words get swallowed
In the rear view glass
A face pock-marked and hollow
He's saying dollar dollar
I can't look through or past
A face saying dollar dollar
A face pock-marked and hollow
Staring from the glass”.

La mano que controla el instrumento es la misma mano que contribuye a que la interpretación del mundo no se ajuste a una sola dimensión. Quizás se trate de la ambiciosa concepción de arte total, adaptada a las, ciertamente, imperiosas necesidades contemporáneas. El artista, el ciudadano. El valor ético del compromiso, una piedra preciosa que suele causar suspicacia cuando no, desinterés. La coherencia no vende porque “no se vende”.

Es cuando la producción artística trasciende sus constreñidos márgenes, asumiendo las limitaciones de su lenguaje (no pocas) como método efectivo subsanador. Ni tan siquiera mucha de la política pragmática es capaz de alcanzar esa imagen de lo posible. El carácter ejemplarizante de figuras, tristemente aisladas, afortunadamente coherentes, que dotan a su discurso de una magnitud política global sin menoscabo de su talante y talento estético. No se trata de una suerte de condescendencia occidental hacia lo desfavorecido sino más bien de ese ser-en-el-mundo o arte en el mundo. La relevancia de la dignidad emociona. Rompiendo el cristal.