martes, 22 de marzo de 2011

Cardíacos


PJ. Harvey. "Black Hearted Love". 2009

La vida nos obliga a tomar alternativas, las mismas personas que parecen querer evitarlo nos abocan a un mismo destino común excediendo la inoperancia o ese cáncer contemporáneo que resulta ser la falta de decisión, la permanente desconfianza, duda, la ausencia de dominio sobre nuestras necesidades y deseos: la mente a la deriva. Esta época ahíta de incertidumbres, al abrigo de la desfachatez metamorfoseada en negligencia, nos incentiva a superarnos a nosotros mismos, a trascender nuestras propias limitaciones y dibujar un mapa del futuro repleto de mejores y solventes intenciones, para con los demás pero, sobre todo, para con nosotros mismos.

La vida nos arrastra con demasiada prontitud y apenas nos percatamos de ello hasta que acabamos en la unidad de cuidados intensivos, con un injusto y puñetero infarto de miocardio, en el ecuador de una vida sedienta de expectativas. Es el momento de reaccionar, de que reaccionemos todos, de negarle a la muerte lo que la vida nos exige, de valorar la importancia de la serenidad en ese apasionante continuum de flujo vital.
Desde aquí mi más inmenso apoyo y cariño a Rosa, la hermana con el corazón más generoso del mundo.

3 comentarios:

Rosemary dijo...

Todos y nadie somos responsables de nuestras decisiones,a veces nos vemos obligados a continuar un camino que no habíamos elegido.Lo que sí es verdad que sufrir tanto y de diferentes maneras puede acabar con tu corazón por muy grande que sea.Mi mente y mi corazón han estado, y creo que aún siguen en cierta medida, a la deriva, sin rumbo,..En esos momentos te dejas llevar y no te importa lo que pueda pasar, es más fácil,porque no te quedan fuerzas y te dejas arrastrar a donde sea.
Te dejas llevar y no vives el momento porque vives angustiada en el pensamiento y sentimiento de otras personas, en el pasado.Aún no creo que haya sido para mí un hecho importante que mi vida se parara por unas horas porque lo deseaba desde hace tiempo, quería que alguien ocupase mi lugar y me descargara de tanto peso, pero por otro lado hay mucha gente ahí fuera que verdaderamente me necesita y que ha sufrido mucho, y eso no lo puedo permitir más. Pondré todo de mi parte para reaccionar,para que mi corazón pueda seguir latiendo por vosotros, sólo por vosotros que siempre estáis al otro lado.

Antonio D. Resurrección dijo...

El sufrimiento y los problemas forman parte de nuestras vidas, es más, parece que somos incapaces de valorar los períodos de felicidad hasta que se escapan de nuestras manos. La capacidad de adaptación es un clásico de la supervivencia natural. Tenemos la oportunidad para trascendernos y superarnos en cada prueba que nos plantea la vida. No ha lugar para el abandono o la auto-conmiseración. Crecer y seguir hacia adelante. La experiencia vital, a pesar de sus macabras bromas, resulta una aventura alucinante, sin menoscabo de la oportuna reflexión y sosiego. No vas a estar sola nunca. Beso

Ya no soy yo. dijo...

Me quedo con esto:

"negarle a la muerte lo que la vida nos exige"