Deerhunter
Dijous. Se suele decir que los comienzos no son buenos, nos perdimos a Spectrum cuando nos mareaban con el consabido protocolo de pulseras y escaneados de la manada. Mientras, volvía a confirmar que Yo la tengo padece el famoso síndrome de quieroparecerjovenagolpesdeguitarrazosydistorsión ignorando clamorosamente los medios tiempos y las baladas de veinte quilates. La señorita Su alcanzaba otro escalón en su trayecto a la santidad, aguantando en una cola-perfomance interminable, a la espera de unos pocos tickets sanadores, con un oído en los de Hoboken y otro en los Bowerbirds. Tan sólo dos canciones pude escuchar. Exquisitos y delicados. Wooden Shjips se perdieron por el camino...En el escenario Ray-Ban Vice (deberían prohibir las gafitas de pasta clásicas, una auténtica pandemia), el señor Bird sonó bien aunque excesivamente mono, echándose de menos el abrigo de unos complementos objeto directo. The Horrors consiguieron despertar a los recién llegados, recogiendo con merecida justicia las uvas de aquél after-punk que Marilyn Manson, y otros mal llamados góticos, se han encargado de desnaturalizar.
Divendres. Más puntuales, conseguimos encarar el gran escenario con una Bat for Lashes enorme, embutida en sensual catsuit fleetwoodmaníaco. Spiritualized ofrecieron un concierto vibrante y emotivo, "Soul on Fire" con corazón en la mano...Nos perdimos a Damien Jurado, Throwing Muses, Crystal Stilts, A Certain Ratio y, casi hubiera sido mejor haber ignorado el tachundero concierto de barrio que los Saint Etienne volvieron a repetir... Agotamos la última canción de The Pains of Being Pure at Heart, arropados por un público tan entuasiasta como esnob. Los aspirantes a estrellas, del día, fueron tres colgados muy colgados llamados The Mae Shi, puro animalismo escénico con canciones pergueñadas para la comunión estupefaciente. Diversión asegurada. Rematamos la noche con un Jarvis que se amaba con locura, provocando sana envidia entre las huestes masculinas. Alaridos histéricos de féminas en celo-fan. Bloc Party nos regalaron un concierto repleto de temas efectivos, más interesantes cuanto menos se alejaban de su primer disco. La pinta de Kele, estudiante Erasmus, cortaba el punto a la táctica independiente.
Dissabte. Nos perdimos a Liars y a The New Year, a cambio, excelente concierto de Shearwater a los que únicamente objeto una voz con exceso de melodrama...y mejor de Plants & Animals que con tres músicos enfrentaron una propuesta polimórfica pero bien cohesionada, maravillosa y profética "New Kind Love". ¿Neil Young?, más allá de la reverencia protocolaria, cansaban esas largas carreteras y polvorientas, arpegiadas por solos de guitarra no menos eternos. La lección de Sonic Youth mil veces enseñada, digna del respeto de una banda tan contundente como un búnker, pero salvando las distancias espacio-temporales, la formación del día fue Deerhunter que, a pesar de flaquear en algunos detalles del sonido, en el famoso riff de "Nothing Ever Happened", regalaron esa tan extraña como difícil conjunción entre sensibilidad y energía. Bradford Cox es muy, muy grande. Final apoteósico entregados al baile dance. Bonita primavera...no nos podemos quejar.
Primavera Sound. Mayo'09. Barcelona
3 comentarios:
Pensé que te habías quedado sin palabras, y afortunadamente no fue así. Excelente paseo descriptivo. Espero algún día tener oportunidad de ver a Deerhunter...
La vida, que me pide prioridad absoluta, y yo la aprovecho muy feliz. Un abrazo, amigo.
que chulada de crónica, aunque veo que está a la par lo que disfrutaste y lo que te perdiste... imposible todo y elegir, grrrrrrhhhh, yo lo llevo muy mal y tu??? pero cuando leñes verás a Damien Jurado????
palabra antispam: Heman!!! jajajajajajajjajaj
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