martes, 23 de junio de 2009

Afasia















Wes Anderson. "Hotel Chevalier". 2007


Justo ahora, cabe preguntarse por la idoneidad del recurrente axioma personal: "Uno sólo puede construir con vocación de eternidad". Hace falta estar armado de una entereza sorda a los evidentes signos agoreros, los hitos cotidianos que determinan el transitable estrecho camino...

Bastaría dejarse llevar por el arrebato dotado de una pulsación vital, aliento fundamental, lo suficientemente intenso como para trascender el maléfico sortilegio que se cierne sobre los que anhelamos una vida mejor, perfecta en sus limitaciones, inconmensurable en su complicada sencillez. Pero cuesta mucho convencer, eliminar los traumas de "lo que podría ser pero no es". Porque ni somos super-héroes, ni magos transformadores de la realidad, aunque algunas lo crean.

Cuanto más esfuerzo aplicado, en inversa proporcional, menos resultados parecen conseguirse. Deviene frustrante no poder hacer nada, o poco, por cambiar las tornas de un casi generalizado inmovilismo vital, cobardía autómata, más allá del compromiso social, más acá de la responsabilidad personal.

Cómo las limitaciones, de índole particular, educativas, sicológicas... acaban por enclaustrar a las personas con vocación de grandes y bellas construcciones sentimentales. "Some Great".
Ese enquistamiento que termina por minusvalidarlas, resulta ser su protección contra un mundo hostil en el que claudican con el silencio, la pasividad, la indecisión, el exceso de anemia... ¿Para qué diantres sirve la inteligencia, la capacidad reflexiva?...cuánta vida in-utilizada...
La mala hierba termina por crecer entre sus piernas, ahogándolas en sus propios desechos. Mientras, la vida metamorfoseada en luces nocturnas ( "Strange Lights") y seductoras sonrisas femeninas, pasa de largo, nos avisa de que el tiempo no se detiene para aquellas que se hunden en su propio fango y para los que corremos casi sin aliento, en pos de la felicidad, mirando, muy de vez en cuando, hacia atrás, despidiéndonos de los hipotéticos sueños monumentales (quizás tan sólo auténticos espectros), llorando de puro dolor frustrante, al embocar la próxima esquina.

Parafraseando a Marion en el epílogo de "Two Days in Paris", algún día habremos de parar esta cíclica ("Al menos, mil millones de veces") farsa.

What direction should we choose
We're lost and still confused
I walk into the sun
With you the only one

Deerhunter. "Strange Lights". 2007

4 comentarios:

Miss Schweigsam dijo...

Hay veces que uno/a no sabe lo que tiene delante, o lo sabe tan bien que pierde en su pugna constante contra el miedo que le recuerda los posibles rechazos, las culpabilidades, las desavenencias, las incapacidades... Mientras que deja de lado la valentía de no ocultar la verdad (TRAUMA), de expresar.

Más tarde (no mucho más) reunirá el valor para justificar sus actos pero girará la cabeza y observará que el sitio de al lado está vacío, comprobando que la espera siempre es finita...

Antonio D. Resurrección dijo...

Demasiado familar. Quiero re-conocer

Antonio D. Resurrección dijo...

Lo siento. No puedo estar muy de acuerdo con lo escrito aunque pueda entender el contexto y asumir responsabilidades directas.
Una vez más, la reversibilidad de las argumentaciones:
"But all the reasons I gave
Were just lies to buy myself some time".

El tiempo, ese gran falsificador. Siempre esperé una justificación, hasta un regreso (en mi fuero interno), pero sólo encontré silencio y tuve que levantarme y seguir caminando, a la deriva, aunque no quisiera.

No se construye nada bueno en el silencio.

"No mucho más"¿? es muy duro de aceptar y creer, y mejor que sea así.

El sitio de "al lado" nunca terminó de abandonarse, así me ha ido...

Finalmente, en la elección no puede exigirse lo imposible, lo insensato. La gente tiene derecho a sobrevivir.

Miss Schweigsam dijo...

Toda la razón Mr. ADR, pero insisto en que creo que está mostrando buenos comentarios a alguien (L) que no es la que busca... I think.

Ojalá me equivoque...