domingo, 23 de septiembre de 2018

Engramas

Alan Robbe-Grillet. L’immortelle. 1963

















El signo de los tiempos parece resumirse en intentar permanecer desesperadamente, a modo de salvamento ontológico, en la anterior centuria. Efecto retro-maníaco que termina agarrándose a los hierros oxidados de un Titanic finisecular, a los humores y proyecciones de épocas extintas, a los estilos, ropajes y tecnologías vetustas. Un vintage de la catástrofe rentablemente reconstruido sobre una espiral rizomática publicitaria. La memoria histórica de tintes metafísicos que no es conveniente soslayar. Desde esta perspectiva, cómo confiar en el futuro, ese estado de expectación tan necesario como escaso, si sólo se nos ofrece un retro-porvenir carente de sorpresa.

No hay comentarios: