lunes, 11 de mayo de 2020

ASMR

Jacques Rivette. “Histoire de Marie et Julien”. 2003

“… Long may we cheer and sing!
Long may our floodlights shine!
Long may the blue light shine upon us all!
in our holy space…”

Si, como se reconoce, el espectro atribula la menguante conciencia de la culpabilidad, la melancolía le permite acrecentar su presencia hasta unos niveles casi corpóreos.
Y si las ánimas, en un gesto doblemente suicida, deciden alterar el orden de la visceralidad de lo vívido, el complejo juego de reflejos habilita un nuevo orden de lo presuntamente real.
Tan sólo una improbable transubstanciación milagrosa, si por extra-ordinario entendemos el cambio fundamental de la esencia del ser, trans-formación de un viaje único, tránsito, en la viabilidad del retorno.
Aunque sea recomendable no viajar con un muerto, del ámbito de los afectos genuinamente verdaderos surge aquella metamorfosis. Cuando alevosamente dejamos de ver, para re-generar una nueva presencia. This is the gate. La más hermosa posibilidad de sangre y lágrimas verosímiles, el efímero latido genuino sincronizado, desde lo ominoso, en lo fantástico, hasta lo maravilloso. Tic-tac, tic-tac, tic-tac... Belles histoires.

No hay comentarios: