sábado, 31 de agosto de 2024

Demorragias

 
Lindsay Anderson. “O Lucky Man!”. 1973

“… Our fortress continent
Our values torn and bent
We bomb and when they run
We tell them they can't come
Just like in World War two
We showed no pity on the Jews
We othered them as well
Abandoned them to hell
We say 'they're not welcome here"
"Send them all back there'
Where's the enlightenment
In our crime / their punishment [?]
Our fortress continent
Built on Colonial theft
Our European mess…”

“The big wheel keeps on turning
On a simple line day by day
The earth spins on its axis
One man struggle while another relaxes…”

Si quedó suficientemente claro que la implementación del “co-menismo” (lo que ellos llamaron comunismo) resultó un fracaso más de la voluntad negligente y enviciada humana, eso no nos puede convertir en defensores cegados del capitalismo, un sistema que permanentemente margina y jerarquiza al ser humano en ricos muy ricos (sujetos ganadores) y pobres muy pobres (sujetos perdedores), que convierte al medio ambiente y el mundo animal en detritus y que transforma a las personas y a los países en súbditos de un mercado feroz, aniquilador. No, el actual tardo-capitalismo, ese retorcimiento de lo más regresivo del mismo, es tan inhumano y cruento como lo fuera el seudo-comunismo de la Unión Soviética, lo que pasa es que, en nuestra anestesia, nos re-conocemos soberbiamente como ciudadanos de países desarrollados, libres y democráticos, cuando la realidad es bien distinta, no existe libertad (menos una libertad global e integradora) y nuestra presunta felicidad viene marcada por la explotación, aniquilación y exterminio demencial del tercer mundo. Mankind madness.

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