domingo, 15 de junio de 2008

Amnesia

















Antonio D. Resurrección. "Algunos cabos sueltos". Serie "El proceso". (Fragmento). 200 x 150 cm. Fotografía digital láser. 2008

Nos asusta que la vida nos atropelle, por eso precisamente intentamos correr por delante de ella, aterrorizados con la sola idea de que pase el tiempo y perdamos oportunidades, lugares, personas, experiencias... y cuanto más denuedo ponemos, más perdidos nos encontramos, olvidándonos de vivir realmente.

Es una ceguera producida por aquella angustia (tan moderna, tan cool), la misma que nos impide disfrutar (¿vivir?) lo que, inconscientemente, concebimos como cotidiano y "usado". Niños mimados con juguetes rotos, drogo-dependientes del reclamo de la novedad. No hay espacio, ni tiempo, para lo conocido en este desquiciado juego. Valor en baja.

2 comentarios:

Ya no soy yo. dijo...

Después del frenesí, volver a lo conocido y usado no es tan seguro, pues esto, también muerde.
Lo de siempre, no perdona a los traidores que nos marchamos siguiendo las flautas de la prisa y la soledad.

Me cansé de tanto correr a solas, de tanta novedad, quise hacer una pausa en el metafórico hogar de los amigos y anoche la vida me arrolló. Pero como se sabe, los gatos tenemos varias vidas.

Antonio D. Resurrección dijo...

Hay que asimilar los efectos secundarios de nuestra decisiones. Está bien no pensar a veces, pero hay que ser lo suficientemente valiente como para afrontar las consecuencias.

No creo conveniente usar/des-usar las relaciones sin esperar que nada cambie. El mundo no siempre gira a nuestro antojo y así nos va. Todos podemos decir algo sobre esta condición.

En cualquier caso no existe en este mundo isla segura ni corazón en mano eternos.