jueves, 5 de febrero de 2009
Friend of the Night
Al parecer, la perfecta continuidad, dentro de unos cánones realistas, sólo molesta a aquellos que buscan novedades compulsivamente. Mogwai es una vieja compañera de la que conocemos su piel, temperatura, humores...cada gesto cotidiano y a la vez sublime...
Parece que en el caso de los escoceses, vida y arte, en el sentido clásico de la relación, van fuertemente imbricados porque no cabe concebir esa conjunción de brillantes composiciones, sin sospechar que tras ellas existe una vivencia de lo real significativa y fuertemente apasionada. Debe ser el espíritu escocés (una amiga, ajena al mundo del Rock, aseguraba ver con nitidez los paisajes del norte de Gran Bretaña, tras escuchar en mi coche a la banda) que tantas y tan buenas formaciones ha gestado.
Me molesta sobremanera el empecinado, frívolo y sistemático denuedo con que la prensa mal llamada "especializada" se dedica a desmontar cualquier producción de la formación escocesa con la simple excusa de la "repetición". Ya sabemos que lo que realmente vende es la novedad de temporada y el confuso valor "juventud": qué podemos esperar del sistema capitalista.
La misma crítica que más allá de la pura reflexión particular, en donde intervienen factores claramente mercantiles, revela una notable falta de seriedad, contraviniendo cualquier ética elemental periodística. Luego querremos que se valore al Rock como "cultura".
"Repetición" no monolítica, dotada de una sintaxis particular (¿cuántas formaciones pueden hacer ostentación de personalidad en los tiempos que corren?) sobre la que desarrollan variaciones siempre emocionantes. Esta es la clave de Mogwai que, después de siete discos más otras producciones, siguen logrando conmover tanto al veterano fan como al neófito. Su última producción "The Hawk is Howling" es sencillamente espectacular.
Resulta sorprendente comprobar cómo, a lo largo de los conciertos en los que he tenido el privilegio de escucharles, siguen produciéndome el mismo desgarro, a pesar de conocer los "modos y maneras" con los que la vieja amante logra conseguir subyugarme...
El permanente estado de melancolía oscilante, desde lo catárquico al arrullo sinuoso bajo la rítmica providencial de la batería, esos silencios significativos del "entre", la ausencia vocal (salvo la, tan insólita como delicada, aportación de Stuart Braithwaite en un tema), o una reciente valoración de sutiles melodías, provocan aquél desgarro emocional de "angst" contemporáneo que nos teletransportan desde el ámbito de lo cotidiano hasta una nueva dimensión, donde lo visceral y lo reflexivo se dan la mano, en un acto que tiene mucho de ceremonia ritual.
Como las superficies especulares de la sempiterna lluvia en la autovía, nos dejamos seducir por las múltiples luces reflejadas sabiendo que siempre, "siempre", los amigos de la noche llevaremos en el corazón a nuestra vieja amada.
Amor eterno (quien ofrece, recibe)
Mogwai. 03/02/09. Teatro Cervantes. Málaga
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2 comentarios:
Yo los vi el miércoles 4. Saludos!
La verdad es que esta vez, sentado en el Teatro, los pude disfrutar más.
Un abrazo
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