Stanley Kubrick. "Eyes Wide Shut". 1999
Quizás mi obstinada animadversión al carnaval se sintetice en la incómoda idea del efecto del picor asociada al disfraz, la máscara. Malestar que sublima la obligación anual y puntual de desdoblamiento para solaz del alma alienada, trascendiendo las directrices de doña Cuaresma. Un tratamiento a todas luces erróneo e insuficiente, ejemplificado por la permanente sensación de ridículo des-ubicado, descontextualizado.
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1 comentario:
DOGVILLE que maravilla!
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