miércoles, 16 de junio de 2010

Piedras

















Smog. "The Doctor Came at Dawn". 1997


Aquel espectro de imagen (trascendiendo el sonido), el mar oceánico, reminiscencias de las aguas gaditanas que solían orillar complacientes en la desembocadura del Paraná. Recuerdo desleído, propio de las artes gráficas de los setenta, estableciendo un arco rectificado entre la niñez y el futuro anterior. Ese temible mar, convirtiendo la nave en un punto impropio sobre la pared cielo: negación de la divinidad próspera como persistencia retiniana. El fantasma de la incertidumbre, desasosiego y angst, remueve aquellas aguas.
Cuando se tambalean los principios fundamentales que rigen la órbita elíptica, a modo de ciclos envarados, a la espera de tiempos remotamente propicios. Intentando recabar energías de contiendas perdidas, perdido, pérdida. Mientras el viento sopla y arrecia, ocultos bajo la tierra, en la penumbra de una noche cerrada, cuestionando la propia existencia, resignándose a una deriva des-orbitada. Derrotado como en años.

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