sábado, 17 de julio de 2010

Mesiánico






















Joseph Beuys. "How to explain pictures to a dead hare". 1965


Si algo escapa a nuestro radio de acción (conscientemente) es esa vocación misionera de algunas personas, aspiraciones al liderazgo de cualquier causa alimentadas por el ambiguo concepto de la fe. La de-formación viene motivada por aquél espíritu intransigente hasta la extenuación. Resulta complicado adivinar un futuro más próspero en manos de quienes aseguran poseer, en régimen de exclusividad, la verdad y no las verdades.
Aunque, visto desde otro enfoque, no existe amo sin su siervo, parece que la condición humana demanda líderes que le ahorren al grupo pensar qué deben hacer, hacia dónde deben orientar sus pasos. Realmente triste. La situación se complica cuando tenemos que asumir, en régimen de interinidad, dicho rol, haciendo de tripas corazón, con una indumentaria que podría terminar gustándonos sino fuera porque nuestras aspiraciones sobrevuelan a la comunidad, llámese espíritu existencialista, explíquese como la necesidad perentoria de atenderse y resolverse a sí mismo, adivínese como la única posibilidad de dirección factible, con una asombrosa capacidad natural de atracción seductora para aquellos/as que demandan la contundencia de la seguridad. El oro negro que se escurre de entre nuestros dedos cada día, aunque no parezca percibirse: ídolo de barro. Sex appeal indestructible. Yo soy la luz (que quema).

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