domingo, 29 de julio de 2012

In-hóspito

Antonio D. Resurrección. S/t. Julio 2012


























Esa luz gélida de las lámparas, frialdad palpable en todos y cada uno de los elementos del edificio, con el tiempo suspendido. Unos paramentos que nunca nos pertenecerán, porque todos están en tránsito. Así el recorrido nocturno de duermevela, siempre alerta al repiqueteo de una llamada imprevista, la lamentosa agonía de una réplica verbal. En la construcción repleta de leves sonidos, expectoraciones, humores, el insidioso olfato que revela la permanente guardia, los vidriosos ojos de la angustia que intentan mantenerse ante el anuncio de un nuevo alba, tediosa lucha contra el destino de manos ajadas por una naturaleza bastarda.

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